martes, 23 de octubre de 2012

PEREGRINAMOS A LA FIESTA DIOCESANA EN MELO


Desde nuestra parroquia San Juan Bautista peregrinamos a la fiesta Diocesana en Melo, encontrándonos con las diferentes delegaciones venidas de las distintas parroquias de los departamentos de Treinta y Tres y Cerro Largo. Convocados por la fiesta de la Virgencita del Pilar.
Un ómnibus completo, más el camioncito de Pepe y Judith y el auto de la parroquia transportaron a: niños, jóvenes adultos y mayores de Poblado Uruguay, Sarandi de Barcelo y de las distintas comunidades de Río Branco.
“NO HAY NADA MAS FUERTE QUE LA FE DE UNA MADRE"
El domingo de sol después de una noche amenazante fue la primera bendición de Dios. Desde la Catedral de Melo nos trasladamos en procesión con la “virgencita pequeña y negra” hacia el parque Zorrilla de San Martín. Ahí en el Teatro de Verano remodelado celebramos una festiva misa iniciando el año donde la Iglesia en el mundo entero profundizará sobre “La Fe”.
Beto (nuestro Obispo) hizo referencia a una experiencia vivida donde quedó de manifiesto que: “No hay nada más fuerte que la fe de una madre”. La relacionó con la Fe de María, la mujer “Feliz por haber Creído”
CRECER EN LA FE ES CRECER EN EL AMOR
Reflexionamos que la” fe “tiene que ver con el “amor” y el amor de una madre permanece en toda situación hacia sus hijos, pase lo que pase. Se alegra con lo bueno y sufre por lo que no anda bien.
Entonces crecer en la Fe es crecer en el Amor. Y crecer en el amor es crecer en la sintonía profunda consigo mismo y con los demás, sabiendo escuchar y dar respuesta de esperanza a los sentimientos profundos personales y del prójimo. La fe no es algo “volado”, la Fe es “encarnada” en cada uno de los seres humanos también en relación con toda la creación. El termómetro de nuestra fe es la humanidad, no se puede Creer y Amar al Dios que no se ve sino se Cree y se ama al ser humano cercano
COMIDA COMPARTIDA Y NATURALEZA
El almuerzo “carretero” preparado para unas 700 persona no alcanzó y tuvo que volver la olla al fuego. Sin duda que el ambiente natural junto al Arroyo Conventos y con la sombra verde de bosque fue muy atrayente y fue lo que más gustó. Tanto la comida compartida como el lugar son dos elementos más de la convivencia humana y por lo tanto de la Fe misma: El ser humano crece en el encuentro con los demás y en armonía con la creación.
FIESTA Y CRUZ
Por la tarde el festival de canto, baile y danza, con actuación de las distintas comunidades, finalizando con la bendición y la entrega de la Cruz peregrina.
Lo festivo propio de la fe Cristiana. Y la cruz el signo del Amor, que es entrega del perdón y transformación de la muerte en vida eterna.

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