La realidad tira abajo todos los esquemas; ese
ha sido el testimonio por varios años de los que, como agentes externos, han
venido a hacer alguna tarea (aquí todo se acaba, hay que romper los planes los
proyectos las teorías, los autores y empezar de nuevo!!
He visto señores profesionales quedarse perplejos,
desorientados, y alguno, desanimado, y ya no volver más…
Es que una cosa son los papeles sobre los cuales hemos volcado con tanta
dedicación y claridad los caminos de la promoción y evangelización y otra más
dinámica sorprendente, cambiante y compleja, entreverada, la realidad: la
vida.
Yo no he escapado a esa sensación de frustaciòn cuando veía y veo que este
camino no marcha, que tal principio al que me había afiliado no funciona de
pronto la sensación de que todo es tan artificial que lo único que hemos hecho
es un castillo de naipes y que en cualquier momento todo se derrumba… y
entonces, con mucha paciencia he vuelto a empezar; creo que sin querer he dicho
la palabra adecuada para este lugar: paciencia mucha paciencia.
Es que la liberación no existe, existe el hombre concreto con cara de viejo
precoz, él también con paciencia infinita, tirando del carro porque la arriada
le ha quitado el caballo… él ha venido esta noche a mi brasero y me ha dicho
“vine a calentarme un poco porque siento el frío en el hueco de mis huesos”
(…)
Soy su amigo y lo escucho… me cuesta escuchar lo que él me cuenta porque
estoy acostumbrado a escuchar temas de “mi cultura”…(…) escucho, escucho, me
esfuerzo por sentir todo lo que él siente: el frío, los hijos, la calle, el
desprecio, la pobreza, el hambre…
Siento la imperiosa necesidad
de ir a vivir en un barrio de pobres
y hacerlo
como lo hacen ellos.-
* No como táctica de infiltración,
de camuflaje o demagogia,
ni siquiera como
gesto profético de nada
sino para encontrarlo de nuevo a Él
porque sé que vive
allí,
que habla su idioma,
que se sienta a su mesa,
que participa de sus
angustias y esperanzas.-
* Tampoco como un “Padre”
despachador de sacramentos
sino como alguien que va
a hacer junto a ellos
una vivencia de fe,
un camino compartido.-
* Tal vez pueda decirles
en su idioma de dolor y frustración,
que allí, en
medio de ellos está Él,
Él que puede cambiar la muerte en Vida,
la negación en
Esperanza.
[P. Cacho. Texto manuscrito en hoja suelta, sin fecha. Probablemente de 1977
o1978]
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