domingo, 29 de septiembre de 2013

VUELTA DE LA PROVIDENCIA Y DE LOS ENCUENTROS

     De regreso a Río Branco, después de la vuelta por Melo, Tacuarembó , Rivera, Tacuarembó, Paysandu, y hoy Montevideo, Melo Río Branco, recorriendo 1.635 Km. por rutas nacionales, en una semana.
    Recordaba que cuando niño quería ser payaso para alegrar a los niños tristes, y a los quince años siendo ciclista soñaba con correr la Vuelta Ciclista del uruguaya...
    Algunos dicen que hay que ser fieles a los sueños, saber esperar su tiempo y adaptarse a sus formas... creo que esta semana algo de alegría sembramos, y si bien no fue en bicicleta, la hicimos una Vuelta....
   
  Quizás un ingrediente muy acentuado que promete el evangelio y realmente se hace realidad cuando viajamos al servicio de su reino es: LA PROVIDENCIA DE DIOS.
 
  Quien deja casa... en estos días no nos falto cama, abrigo...
  Quien deja hermanos... el rencuentro con amigos y amigas que realmente son como hermanos fue muy profundo, sumándose crear lazos con los amigos y amigas de nuestros amigos... la familia crece.

   Los abrazos, los alimentos, las diálogos en dirección hacia su reino... me engordaron esta semana. Me pese en la terminal de tres cruces en Montevideo y estoy con un kilo más ja ja ja. El cafecito con dos bizcochos bien accesible a solo 69 pesos, (3 dolares) fue la despedida con Patricia, la cual nos había invitado a celebrar con los Gurises, niños del colegio y que después se transformo en una linda vuelta. Compartimos las fotos del día y tomamos el Nuñez para Melo.
Temprano de la tarde estábamos en Melo, con un viaje entre sol, lluvia, recuerdos y descanso. Y por supuesto que nos acompañaron la palabra biblica del día: Lazaro y el rico, que se complementaron con la lectura del periodico y de lo vivido.
Mi madre estaba bien acompañada por Pelusa, Ester y su esposo José (el de la foto)
Realmente es otro signo de Dios: cuando Dios nos pide dejar la madre, la familia, Dios mismo se encarga de acompañarla con vecinos y vecinas. Soy un agradecido a Dios porque el ambiente de campo, se respira al llegar a casa y el dialogo es siempre sobre la vida cotidiana, el cual se complementa con otros encuentros mas ciudadanos, con diálogos mas filosóficos, políticos y teológicos.
Tomamos el auto de la parroquia y con mi madre llegamos a Río Branco, con gana de un buen baño, prendimos la estufa a leña, algunas llamadas por teléfono para avisar que estábamos, con la noticia de que las celebraciones de la palabra llevadas por laico habían estado muy bien... y la puesta al día con mi madre y con ustedes...

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