Cuando uno escucha las noticias, especialmente las noticias de Montevideo y su barrios periféricos, los grandes medios de comunicación, mayoritariamente solo comunican noticias trágicas o de violencia. Que además de tener muchos consumidores, también tiene intereses ocultos de personas que "negocian" con la violencia y el miedo.
No es muy diferente a tiempos de Jesús y en estos dos mil años de cristianismo: "más ruido hace un árbol que cae, que un monte que crece". Ocurren cada día en un país, en una ciudad, en un pueblo, miles de gestos de servicio y amor, y es noticia amplificada un accidente, un hecho de violencia. Por eso alguien sintió la necesidad de escribir los evangelios, la manifestación de Dios en la realidad, sanando, liberado, perdonando... (Lucas 1, 1-4,14,21)
También nosotros en la visita a montevideo, en un fin de semana en el barrio periférico del Cerro. Casabó, sentimos la necesidad de comunicar, lo que hemos visto, y vivido, siendo testigos de ese Dios de Jesús actuando en la historia en favor de los hombres.
Lo primero al llegar al barrio es ver tanta gente sentada afuera tomando el mate de la tarde. Jóvenes jugando a la pelota en la calle. Un grupo de niño con una mesita ofreciendo pulseras a la venta. Y dentro del salón comunal de la parroquia San Alberto Hurtado, estuvimos de fiesta cumplañera, celebrando con Bernado y Erik.
Hoy aquí en este lugar, con esta gente, se ha cumlido lo que la Palabra dice sobre la presencia de Jesús entre nosotros. Dios sigue actuando en la historia, especialmente en las Galileas, periferias, de manera silenciosa y amorosa. Quien tenga oídos que oiga...
A la mañana de este domingo nos reencontramos con Bernardo y Erik, para ofrecer comunitariamente como acción de gracia toda la vida en la eucaristía. El p. Miguel nos recordó que la biblia es un libro abierto, que estamos llamado a seguir escribiendo desde nuestros encuentros con Jesús.
Con hermosos cantos, con las alegrías y dolores puestas en común en la oración, entre mate y mate, alimentados por Jesús, celebramos de manera muy fraterna.
Siendo enviados cada uno a su realidad, para comunicar que es posible con Jesús otro modo de relaciones humanas, más fraternas y solidarias, nosotros compartimos la mesa en lo de Maria Eugenia y Fabricio.
Llegando al fin del dia, con el corazón agradecido, en tiempos que vemos una creciente fragmentación social política, eclesial y familiar, pudimos ser parte de la realización de su Reino hoy entre nosotros. Reino de diálogo, fraternidad y solidaridad.
Nos espera un nuevo encuentro colibri en este mes venidero de febrero, por Ombúes de Lavalle.
La punta de un iceberg de tantas y tantas historias que se pueden poner en común para sentirse acompañado .
ResponderEliminarLos agradecidos somos nosotros por la visita.Hace bien poder ponerlo en palabras.Porque a veces el diario vivir te apura de tal manera que no nos da por detenernos a tomar esa foto que Nacho describe.
QUE SE REPITA..!!Podemos hacerlos volver a cumplir años cada poco tiempo si ellos están de acuerdo...