jueves, 1 de noviembre de 2012

Barrer la Casa Interior - Córdoba, Argentina


 Hola Familia, cómo están?
Les cuento que Cloe y Gilberto ya van rumbo a Uruguay.
Hemos pasado lindo, muy lindo, disfrutando de los cuentos de allá y de acá, nos han traído los rostros queridos de Uruguay y de Bolivia, sus olores y sabores y nosotros hemos podido compartir con ellos lo mejor que tenemos: nuestra cotidianeidad y el cantar de las charlas infinitas con nuestros amigos.
Al mirar nuevamente las fotos que ellos trajeron, recordaba las palabras de Vitín (el director de la revista Tiempo Latinoamericano) citando a Sandro Galazi (biblista). Vitín nos decía anoche que cuando uno se mete en la política, en la actividad sindical, etc. se mete en el barro y que es inevitable ensuciarse, por eso, lo importante es tener un lugar donde bañarse y nuevamente sentirse limpio.. y que ese lugar es la comunidad, el grupo que uno elige para sostenerse y descansar un poco durante el vuelo.
 
Cloe, Maribel, Aylen y Gilberto
Pienso que viajar así como Cloe y Gilberto es un poco eso también: salir de la vida diaria, de las tensiones y competencias presentes en nuestro trabajo, familia, barrio y bañarnos un poco con los mimos, las atenciones, la vida que nos brinda quien nos recibe. Distraerse, ver otras cosas, relajarse, disfrutar del encuentro y los paseos, conocer lugares, no desde hoteles como turistas, sino siendo parte del lugar con quiénes viven allí. Creo que de esta manera, al regresar, se siente de otra manera la vida diaria, con otra luz.
Y para nosotros, quienes recibimos la visita de ellos, tiene el efecto que Ivone Gebara (teóloga brasilera) llama "barrer la casa interior": barrer buscando algo que se nos había perdido. Preparando la casa para recibirlos, barremos, pasamos la escoba y siempre encontramos algo que el algún momento perdimos y que quizás ya no recordábamos que lo teníamos: hacerles los cuentos de cómo es Córdoba, qué hacemos, cómo vivimos, cómo estamos, quiénes son nuestro amigos, es como pasar la escoba por nuestra vida y ahí, con los rostros, las anécdotas, vamos pasando por nuestro corazón todo aquello que nos ha hecho feliz y también aquellas cosas que nos amargaron un poquito, pero que ya vamos superando... así me siento hoy, con los recuerdos en orden y con más espacio y luz en mi casa interior para vivir la última parte de este año.
Gracias Cloe y Gilberto por visitarnos y darnos esa oportunidad!

Nelda y Hugo

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