Hace un rato nomas estuve en la presentación del libro de Mercedes Clara en el lugar donde Cacho vivió, en la obra que el legó, con los vecinos y amigos con los que Cacho compartió su caminar. La verdad que el encuentro fue más que un homenaje a la vida de Cacho, fue como la resurrección del Espíritu de Cacho en nosotros mismos. En todo momento me imaginé como estando con los discípulos de Jesús luego de su muerte, y como tratarían de hacer llegar ese mensaje que les "quemaba por dentro".
Había muchos vecinos, integrantes y ex integrantes de la obra San Vicente. Me conmovieron mucho las palabras de Mª Inés cuando pedía perdón a sus viejos compañeros, por las peleas que se dieron, porque después de la partida de Cacho cada uno quiso adueñarse de la verdad y sostenerla como la única verdad. Es que faltaba la persona de Cacho para que los uniera, ya que en su compartir sí había lugar para todas las verdades juntas.
En su pedido de perdón, creo que Mª Inés nos incluyó a muchos, porque todos hemos contribuido, en algún momento u otro, en mayor o menor medida, a no mirar al otro con la mirada de Cacho, que es la mirada de Dios. Muchos, como decía Pablo Bonavía, nos dejamos programar por este sistema y caemos en trampa que nos fragmenta cada vez más, que nos amplia las distancias entre vecinos y barrios, y que nos impone la visión de "ellos y nosotros". En ese pedido de perdón deberíamos reconocernos muchos, perdón por no creer en el otro, perdón por ser ateos del prójimo decía Cacho.
Uno de los homenajes más sentidos fue el de Isidro, vecino del barrio, tan emocionado al sentir el dolor por la partida de su hijo de 5 años un poco después que Cacho falleciera. No dijo muchas palabras, que mejor homenaje para Cacho.
Creo que este libro, y tanto como el libro el compromiso de Mercedes, es una gran esperanza para captar el mensaje de una vida única. Para el descubrimiento o el re-descubrimiento de la mirada de Cacho en nosotros, esa mirada que nos hace enamorar del otro, que hace que el sufrimiento del pobre nos queme por dentro. Es tan potente esa forma de mirar, que no hay forma de no querer contagiarla.
Hoy me vi asistiendo a la reconciliación de los discípulos de Cacho, de los testigos de su vida. Igual como les paso a los discípulos de Jesús, que se vieron desesperanzados por su muerte y se dispersaron, pero que luego entendieron que su testimonio no era el de cada uno, sino la verdad de todos, y volvieron a encontrarse y así lo resucitaron.
Tan cercana y tan honda siento su presencia hoy que, sin haberlo visto y conocido, mi fe me hace anunciar, que Cacho sigue vivo.
... Erik, agradecea Dios Tumpa el don que te inspira a modo de vecino de pueblo, a trasmitir los Kairos existenciales, los momentos de Dios, de manera tan profunda y sencilla, gracias...
ResponderEliminarNos has posibilitado ESTAR gracias.
Quizas solo agregar que asi como el hijo del "Pirincho" y su esposa esta haciendo fuerza junto a Cacho y tantas y tantos otros, tambien despues de la pascua nacio el Hijo de Mercedes y de tantas y tantos otros...