sábado, 17 de noviembre de 2012

«El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».


Los profetas apocalípticos en todo tiempo anunciaron la derrota del bien a causa del mal, ésta profecía que aumenta el descreimiento en el bien humano favorece a los poderes religiosos y políticos de la época, que están sostenidos por el miedo y los bienes acumulados.

- Los profetas apocalípticos hace un buen tiempo han anunciado el final de la palabra dada, de la verdad y la justicia, la desintegración familiar, la inviabilidad de las comisiones de barriales y los comités políticos, la extinción de la teología de la liberación y las comunidades de base.

-Los profetas apocalípticos también han dejado de cantarle al amor y a la amistad, hablando de inseguridades y brujas, quitando el arte e imponiendo la violencia, la farándula y la chatarra, sin dejar de gritar la muerte de la educación, de la salud y de la moral.

-Los profetas apocalípticos están al servicio del consumismo, del individualismo y de los poderes opresores que agrandan la brecha entre los pocos que tienen en demasía y a los muchos que se les quita lo necesario.

- Los profetas apocalípticos también existieron en tiempos de Jesús, creyeron y anunciaron el triunfo de los reyes y los señores del templo llevando a Jesús a la cruz. El mismo Jesucristo sabiendo que su reino no era de este mundo anunció su injusta muerte, la dispersión comunitaria y la traición. Pero también nos anunció el triunfo del amor con su resurrección, con su segunda venida. «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán». (Marc. 13,24-32)
Los profetas inspirados por el espíritu de la vida, han sido capaces de mantenerse (o volver) al camino de la justicia, la verdad y el amor, aunque estuvieran en el grupo minoritario y perdedor de ese tiempo.

-Los verdaderos profetas, son personas de esperanzas y predican que el sol permanece aunque la noche o las nubes en el momento actual no permitan ver su luz y palpar su calor.

-Los verdaderos profetas creen en el hombre que a lo largo de su existencia conocida siempre tuvo la tendencia a vivir en común con otros hombres. Por lo tanto el individualismo y lo comunitario no son una opción de vida, es radicalmente deshumanizarse o humanizarse, es morir o vivir.

-Los verdaderos profetas integran e invitan a caminar juntos, sabiendo que el camino es angosto, y que los muchos elegirán el ancho vendido como espejito por los opresores, con éxitos y placeres inmediatos.

-Los verdaderos profetas inspirados en Jesús: el cual creció en familia, integrado a una estructura social y religiosa, con el tiempo liberándose de lo que oprimía pero siempre invitando a formar comunidad con otros. Los que se inspiran en El, procuran seguirlo y proponerlo intentando vivir en familia, en comunidad, compartiendo los bienes y servicios por amor. Esa realidad es la fuente de la fe y es la concreción de la fe cristiana, en el mundo y con el prójimo de hoy.

-Los verdaderos profetas, creen que todo pasa, pero su palabra de justicia, de verdad florecen en la historia. Los Herodes que vivieron como reyes sangrando al pueblo, los sacerdotes del templo que cargaron cargas pesadas sobre sus fieles, la historia nos enseña que no es eterno su encubrimiento, la justicia y la verdad llegan...

-Los verdaderos profetas están dispuestos a morir como su maestro en la soledad de la opción por el amor, basando su fe en Jesús quien ya venció y nos espera con la corona de la vida eterna.
Nacho

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