viernes, 30 de noviembre de 2012

ES TIEMPO DE EVALUACIÓN

Algunos dirán que fue un año bueno, otros más o menos y otros evalúan el año de manera negativa. En general este año como todos los años ha tenido sus luces y sombras. Según nuestra realidad más cercana, según nuestras expectativas, pondremos más el acento en lo considerado bueno o malo.


La palabra bíblica de comienzo de diciembre y del adviento nos invita a mirar la realidad tal cual es. Viendo las angustias personales y de los demás. Viendo los distintos hechos de violencia tanto en la calle como en la propia casa, si los hay. Viendo los cambios climáticos que se están dando en el mundo entero. Viendo los diferentes miedos que nos envuelven. Viendo...
Pero también nos invita a creer y a descubrir la presencia de Dios en estas realidades. La persona de Fe en Jesucristo cree en la encarnación, palpar la presencia de Dios junto a nosotros. Lo debe descubrir en los pequeños signos de: amor, solidaridad, perdón, verdad, justicia, gratuidad, fiesta. Creer...

Contemplar, saborear, anunciar, apoyar y fecundar estos encuentros de buen vivir. «Tengan ánimo, levanten la cabeza, porque está por llegar la liberación. Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y preocupaciones de la vida... estén prevenidos y oren... (Lc 21 25-28. 34-36)

Por lo tanto la evaluación del año debe ser real, verdadera en sus sombras y luces, Preguntándonos por nosotros mismos y por los más débiles. Carpiendo lo que hay que carpir, arreglando lo que se puede arreglar y cosechando como alimento a ser compartido todos los hechos donde floreció el amor de Dios.
La búsqueda y vivencia de la libertad es algo central
en el proyecto de Dios.
¿De qué, de quién me he sentido atada/o?
¿En qué actividad y junto a quienes me sentí libre?

Se puede ser libre en una cárcel y esclavo en el éxito. Se puede ser libre cuidando o estando enfermo y se puede estar perdiendo la vida viajando por el mundo entero. Todo es cuestión de Amor o egoísmo.

Para llegar a un lugar se necesita recorrer un camino. Y ese camino necesita ser construido y mantenido. La navidad, el fin de año y el comienzo del nuevo dependerá mucho de como nos preparemos para su llegada. El mundo nos impone consumir. Dios nos propone el camino del amor de la liberación del profundo encuentro...
¿Me preparo para consumir
o para vivir este tiempo venidero?
Nacho

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