sábado, 3 de noviembre de 2012

Encuentros y reencuentros en Rio Branco


2 de noviembre, 00:25hrs. Terminal Tres Cruces. Veníamos de distintos lugares, pero de un espacio común: el encuentro. Nacho, desde Colón, en casa de Fabricio y María Eugenia, donde celebraron el Día de todos los Santos, con misa y choricitos al pan. Esto, luego de haber enviado a Roberto Flores hacia Córdoba, Argentina, y haber celebrado con helado, los buenos resultados de Patricia en su operación. (Erik publicará sobre la caminata de este día).

En la despedida, ya se fueron fijando y pensando en nuevos encuentros: proponiendo enero, sábado 12, a la noche, en la Eucaristía, en Lago Merín, el comienzo del II Verano Teológico de Colibríes, hasta el sábado siguiente. Con la libertad de que cada uno se integre y participe el día que pueda...
Otras noticias, es que Cloe y Gilberto ya están en Uruguay. Y, desde Córdoba, Roberto nos pasó un mensaje, que estaban en el inicio de la fiesta de los 30 años de Tiempo Latinoamericano. Tiempo nuevo, peinado nuevo...

Nacho, desde Colón, y yo desde un nuevo encuentro con antiguos y nuevos compañeros de trabajo; un encuentro desde un nuevo lugar, para compartirnos con palabras y abrazos nuevos... Entre choricitos caseros y un rico vino, recibimos la noche sobre un techo, contándonos de nuestros pagos Treinta y Tres, Melo, Florida, Sdí. Grande...), de nuestras formas de hablar, de nuestras proyecciones para el próximo año, de la necesidad de generar nuevos encuentros...
Aunque no lo crean, estábamos caminando por las calles de Melo alas 05:20 hrs! Nos esperaban Dora y María, con el auto parroquial para emprender el viaje con mate y torta, hacia Río Branco. A la llegada,nos esperaba la comunidad, para celebrar la misa del 2 de noviembre, recordando a los seres queridos fallecidos, y que creemos que están junto a Dios. La palabra bíblica de este día nos hablaba de la resurrección de Lázaro. Del cual recogemos y compartimos este fruto con ustedes: muchas veces, nos vemos inmersos en situaciones lejanas a la vida; una piedra nos cubre, un velo cubre nuestros ojos... La palabra de Jesús nos invita a vivir nuestra vida en plenitud, identificando las piedras y los velos que nos cubren, y aprendiendo a vivir con ellos, pero sin que estos nos apaguen ni nos anulen, nuestra fe y nuestra esperanza... Mientras que Nacho participó de un programa en la radio, las tres mujeres completamos las horas de sueño que nos faltaban. Al mediodía cruzamos el puente Mauá, hasta Brasil, donde almorzamos. Y regresamos para una buena siesta. A la tarde, como buenos uruguayos de la cultura del gusto "por el fin de semana largo para descansar, y la libertad", como dice nuestro presidente Mujica, nos fuimos a inaugurar el tiempo de playa a la Laguna Merín. Nacho se dio el primer baño y nosotras, con María, tomamos sol y charlamos largo y tendido, disfrutando de la brisa fresca, en la orilla. Nos esperaban en casa de Justiniana, con el mate dulce y el amargo de la tarde, donde también sembramos pinos y palmeras...
De regreso, el sol pintaba colores especiales como despedida del día... Nosotros, con el aire en la cara, nos pensábamos en silencio, recordando todas las palabras y los abrazos, de los que nos llenaron nuestros encuentros y reencuentros del día...
Ya en casa, miramos las noticias, nos comunicamos con amigos y familiares... María Eugenia nos habló de su comunicación con Joaquín, en Angola, y de cómo sigue desde allí al Colibrí... Luego, compartimos las fotos del día...
Rostros nuevos, rostros que se repiten... Abrazos sabidos de memoria, y nuevos, que auguran amparo y calidez... En una canción, Silvio Rodríguez canta "... el que siga buen camino tendrá sillas, peligrosas que lo inviten a parar..." Y pienso en el camino de Jesús, en la puerta angosta, en cómo la opción de seguir a Jesús no es la cómoda y fácil, sino la que requiere empeño y sacrificio. Porque justamente, son muchas las "sillas" que aparecen, ofreciéndonos desistir, tomar el rumbo fácil, hacernos a un lado del camino... Pero si optamos por Él, si nos comprometemos a andar los pasos de Jesús, estamos optando por el camino compartido, el camino que no se transita solo, sino en compañía... Y ahí es donde nos vamos encontrando y reencontrando con compañeros de ruta... Y ahí es cuando festejamos el seguir encontrándonos con los amigos... Y ahí es cuando festejamos la sorpresa de los encuentros inesperados, cuando descubrimos el milagro que vive en ese ser nuevo, que aparece junto anosotros, andando elmismo camino, llenándonos de nuevas palabras y nuevas esperanzas...

 Comenzando la mañana, planeando las tareas del día y los encuentros que nos aguardan... Cada uno en lo suyo -Nacho tras la cámara- pero juntos, sabiéndonos presente en los Otros...

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