El día arrancó no muy temprano, pero nos esperaba una larga caminata ni bien se dio el esperado encuentro con Nacho en la terminal. Nos cruzamos en EGA, que en adelante denominaríamos el lugar de encuentro de los chambones.
Compramos unas milanesas de camino a la Plaza Seregni, y de esto no han quedado registros fotográficos por miedo a perder la cámara. Es que nos sentamos al lado de una barrita un poco "pesada", ninguno de los dos se animó a moverse hasta que estuvieron distraídos "rescatando" otros celulares.
Seguimos nuestro camino, que entre charla y charla se nos hizo corto para llegar al mausoleo de Artigas. Yo me quedé algo desilusionado por lo que vi, porque las tan aclamadas frases no se ven a menos que se busque mucho. Pienso que hay algo contradictorio en ese lugar, por eso de que lo que está vivo no son sus restos sino sus ideas. A Nacho, sin embargo, le hizo acordar a las catacumbas donde se escondían los antiguos cristianos, algo positivo se pudo sacar.
Luego la vuelta, una nueva caminata hasta Tres Cruces, lo cual significó recorrer la principal avenida dos veces de principio a fin. En el camino veníamos hablando de los carismas y de repente nos encontramos con Juanjo, un cura claretiano párroco de San Pancracio, ese fue el primer encuentro del día donde los amigos de uno se hacen amigos entre sí. Detuvimos por un momento su caminata deportiva, y como en toda presentación, aprendimos más de su historia de vida. Comentábamos después con Nacho que algunas congregaciones al menos mantienen cierta independencia que los hace ser más libres, quizás por no tener que responder directamente a la linea de los obispos actuales. Y, me parece a mí, que también los carismas misioneros son un poco más cercanos y jugados.
Llegamos a la terminal totalmente agotados, con ganas de un heladito que gracias a Nacho pudimos tomar. El segundo encuentro entre amigos fue con Patricia, que venía de hacerse una cirugía complicada y aun así estaba mucho más vivaz que nosotros. Gracias a Dios resultó bien su operación.
El lugar de reunión de los chambones nos reunió de nuevo, esta vez para despedir a Roberto que partía hacía Córdoba. Lo enviamos con el mensaje de difundir la vida de Cacho, el mensaje de una vida plena para dignificar la de los demás. Que bueno que esas historias se rieguen por todos lados.
Finalmente, la reunión en familia en lo de Fabricio, Mª Eugenia, Marquitos, Mateo y el bebé (que parece será Manuel) en camino. Esta vez nos vimos invadidos por el derroche de vida de los niños y también por esas pancitas que son el anuncio de nuevos caminos que comenzarán dentro de poco.
Fue un día lleno de pasos y encuentros con nuevos y viejos amigos. De recordar a nuestros seres queridos, los que están lejos y también de los abuelos que ya no están pero los seguimos disfrutando con las marcas que nos dejaron. Esos profundos pasos que nos ayudan en nuestros caminos cotidianos.
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