viernes, 1 de febrero de 2013

Estén preparados y vigilantes... Marcos 13, 33-36












¿ QUÉ ES MÍO ?
Un comienzo de semana con una verdadera tragedia en Brasil, más de 200 muertos por intoxicación y quemaduras en una fiesta bailable. Las primeras noticias dicen que el local no estaba preparado para lo acontecido ni siquiera con salidas de emergencias. El dolor se extendió al mundo entero, quizás porque las víctimas son inocentes y a cualquiera le podría ocurrir estar o tener algún familiar que en una fiesta se encontrara con la muerte.

¿Estamos preparados para lo inesperado?
Vivimos en un tiempo donde hemos logrado muchas cosas. Por ejemplo darle luz a la oscuridad, crear vehículos más rápidos que la velocidad del animal más veloz, abrir una canilla y que salga el agua tan necesaria. Comunicarnos a miles de Km. de distancia. Curar y prevenir enfermedades, lograr con el arte cosas maravillosas…

¿Estamos preparados para lo que seguro vendrá?
Hay tres cosas que el ser humano puede postergar un poco pero que llegaran: el envejecimiento, la soledad y la muerte.

¿Estamos preparados?
La palabra bíblica que tiene más de dos mil años nos invita a prepararnos.
Estén preparados y vigilantes porque no saben cuando llegará ese momento… Estén despiertos. Marcos 13,33-36.
Exigimos preparación de los locales para la función que cumple. Exigimos buenos servicios públicos. Nos exigimos en largas jornadas laborales o de estudio.

¿Nos preparamos para envejecer?
¿Nos preparamos para vivir los tiempos de soledad?
¿Nos preparamos para el momento de la muerte de un ser querido o de nosotros mismos?
Hay personas que tienen ojos y no ven que en el mundo que existimos todo tiene su ciclo de nacer y morir, dando frutos o no.

Hay personas que están vivas sin vivir porque no son capaces de descubrir y disfrutar de lo que son y lo bueno que los rodea.

Hay personas que se creen semi dios que todo lo pueden con su poder, con su dinero, con su saber y cuando se les mueve una ficha inesperadamente se le viene abajo todo su castillo.

Hay personas que programan su vida para disfrutarla en tiempos venideros, en vacaciones o después de tal o cual acontecimiento y dejan de vivir el hoy…

Una palabra que si la achicamos en nuestro diario vivir nos preparará para disfrutar de todo lo bueno y mantenernos de pie en lo inesperado, es la palabra “mío”.

Las amarras posesivas a cosas, personas y acontecimientos son las que nos detienen o adelantan en el tiempo y no nos dejan vivir el presente. Cuando tomamos conciencia que ni siquiera la propia vida es “mía” y profundizamos de donde venimos y hacía donde vamos… despertamos, a la amistad, a el amor, a la solidaridad.
Nacho
FOTOS DE LOS 32 DE ERIK
COMUNIDAD "EL PASTITO"
CASABO - MONTEVIDEO 
El regalo del colchón inflable es para que descanse bien, y continué continúen con la casa abierta... y el corazón...

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