lunes, 25 de febrero de 2013

La Misión en Nazaret.


Después de la gracia de la visita de Marta y Leo haciendo presentes y llevando la buena nueva de lo vivido a todas y todos los Colibríes, con un pie en el ómnibus se preguntaban si ¿son o no son misioneros?. Tenia esta carta enviada por Cloe que creo que da respuesta a la pregunta y ilumina desde aquel Nazareno que vivió el mayor tiempo de su vida en familia, como obrero y un vecino mas... Como lo difrutamos en casa de Romina, donde hay lugar para el ternerito que perdio su madre y su padre nadie sabe quien es, donde hay lugar para los chanchitos negros, sonde hay lugar para muchos hijos, nietos yernos, nueras y para nosotr@s ... el precio es que el piso es de tierra, sin aire acondiionado, sin viajes de licencia ya que el pan llega fruto del trabajo en un carrito, y limpiando calles... aunque cuando a los catorce años se recibe el regalo de la primera bicicleta nueva es todo una fiesta en la familia que contagia a nosotros su familia grande..
Ante esto uno se pregunta quienes somos los analfabetos ¿los que hemos estudiados y las cosas han ocupado el lugar de la vida o los que no hicieron la escuela y son maestros de lo que es una familia ? ( Foto)

Muchas gracias por tenerme presente...yo también los he seguido a ustedes desde que surgió el blog, y especialmente en diferentes momentos, como en la semana del encuentro en el lago Merín.
Desde afuera, y a la distancia, percibí un clima de búsquedas muy afectivo, con reencuentros muy fraternos que generaron espacios de alegrías y reflexiones, donde el compartir se ve que era el centro de todo, y en definitiva, la persona de Jesús...
Tanto, el resumen diario, como los escritos posteriores al encuentro, resultan interesantes, cercanos e identificatorios con una manera de querer seguir caminándo y encontrándonos...
Experimentar la fe desde ese lugar y de esa manera, ayuda a reavivarla la llama de la Esperanza en otro mundo posible, vivido a través de la cotidianeidad de las pequeñas cosas que el Señor nos brinda cada día...
La lectura de las experiencias me ayuda a pensar en mi propia vida obviamente y siempre estoy aprendiendo algunas cosas, y reafirmando otras que ya caminaba en el mismo sentido...


En este tiempo ha ocurrido una situación difícil en la familia: el papá de Gilberto falleció el 29 de enero....
Si bien fue una situación muy fuerte emocionalmente, porque se trataba de la primera pérdida dentro de una familia muy numerosa y unida que aún no había experimentado la muerte de un familiar cercano desde hacía muchos años, también se vivieron momentos de mucha paz, armonía y unidad...

Con 89 años, el Toto (así le decían), vivió una vida plena desde todo punto de vista, un hombre muy querido por su familia, sus vecinos de la ciudad y del campo, oriundo del pueblo de Riachuelo, donde sus 10 hijos vivieron su infancia allí...
Los recuerdos se hacían frecuente durante esos momentos....Gilberto recordaba cuando siendo niño, lo acompañaba junto a alguno de sus hermanos, en el carrito tirado por un caballo, a repartir la leche por el pueblo, porque su padre era el lechero del pueblo...

No hubo velatorio público, pero se dejó en libertad de que quien quería ir a despedirlo, o a acompañar a los hijos que quisieron pasar la noche por última vez, lo hicieran...allí en un momento dado, surgió el deseo de rezar de parte de varios hermanos...Gilberto eligió una lectura y a la luz de ella, meditamos, recordamos y rezamos junto a él...

Era un hombre de fe, que según sus hijos, siempre enseñó a respetar y trató por igual a absolutamente todos los sacerdotes que llegaban al lugar donde él frecuentaba la eucaristía, ministro de la Eucaristía, hombre de oración (tuvo un grupo donde acompañaban a rezar en el cementerio por los difuntos)...y también en el hogar, fue vivo testimonio de esa iglesia doméstica que uno tanto desea vivir y que pude llegar a conocer a través del Toto...
Con su señora, rezaban diariamente, luego de tomar el mate dulce de la tarde, se retiraban al dormitorio los 2 y oraban durante un buen rato...
En las comidas diarias y reuniones especiales, acostumbraba a bendecir la mesa, antes de sentarnos a comer, y siempre incluyendo a su familia, pero también a los más necesitados....
Las últimas semanas previas a su muerte, comenzó a rezar con mucho más intensidad en cada oportunidad que tenía, incluso sentado frente al televisor, y bendecia con mas vehemencia a todo quien lo saludaba...

Era un hombre muy agradecido, ya que mayormente, lo ví agradecer mucho más de lo que pedía...
Llegué también a conocerlo haciendo quinta en el patio de su casa, donde plantó tomates y lechuga durante un tiempo...
En la misa, previo al entierro, celebrada en San José Obrero, el lugar donde concurrió durante años cada domingo a la eucaristia, Héctor, dijo que creía que solo había faltado los últimos 2 domingos previos a su muerte, porque a pesar de su avanzada sordera, nunca fue motivo para no ir, y de a ratos, lo escuchabas decir en el silencio: "Qué dijo?"
En la celebración realizada en el cementerio, Edgardo, dijo algo así como que en este tiempo de apariencias y de shows y falsedades, el Toto fue un testimonio de vida sencilla y auténtica, donde brindó su hogar a todos, pues su casa era de puertas abiertas y construyó una linda familia...

Fue muy emotivo contar con el acompañamiento de Héctor, Edgardo y Marcelo (El Cubano), personas que pudieron conocerlo bastante e hicieron una linda celebración...sencilla, cercana, sentida, pese al momento fuertemente emotivo que se vivia...especialmente en algunos hijos y nietos...pues otros, quizás más impulsados por su propia fe, sentían que él marchó hacia otro lugar mejor, y morir a los 89 años, luego de haber vivido plenamente, la muerte no era una desgracia, sino en este caso, una bendición también...y sentían mayor serenidad...


Por último, desde mi experiencia de esa pérdida, me ha llevado a revalorizar la familia, a los compañeros de trabajo, a los vecinos que tengo, compartir más tiempo con ellos, intentar la unidad, construir valores que, aunque parezcan para muchos, fuera de moda, siguen siendo importantes...y replantearme el tema de la fe también...el hecho concreto de seguir cuestionando la institución, pero sin dejar de pertenecer a la familia de la Iglesia Católica....seguir eligiéndola, sin cerrar las puertas, desde mi lugar en este mundo...

Toto y Emma fueron los primeros integrantes de la familia de Gilberto, que, me sorprendieron con el recibimiento que me dieron cuando entré a formar parte de su familia, pese a su alta e intensa religiosidad y formación tradicional, sólo tengo palabras y sentimientos de agradecimiento, porque nunca sentí rechazo, prejuicios por la situación de nuestra relación, sino por el contrario, me incluyeron, me dieron la bienvenida y tuve la posibilidad de disfrutarlo y compartir muchos encuentros...

Volvimos el 12 de febrero para el cumpleaños de la madre de Gilberto, y la satisfacción de tener una familia con muchos hijos y nietos, es el acompañamiento y cuidado que tienen por Emma...cada uno acompañanando desde sus posibilidades y limitaciones, haciendo el esfuerzo de estar presentes de alguna manera...

Aquí en Mercedes, febrero, ha sido un mes de compartir las vacaciones con mis 2 sobrinos, hacer el esfuerzo de llevarlos a pasear, porque los padres trabajan todo el día, y con ellos y con mi tía-abuela de 86 años, disfrutar todos juntos de la playa, carnaval y algún paseo..dejando un poco, en segundo plano, las preocupaciones de siempre: trabajo, cansancio, las cuentas por pagar, la limpieza de la casa, etc, dejar de justificar el encierro por mantener el orden, y dedicar más el tiempo a disfrutar de una tarde al aire libre en companía de otros, por ejemplo...

Y recordar agradecer, dedicarnos un momento del día a la oración y a la lectura bíblica que siempre ilumina el momento que estamos viviendo y volver a la práctica dominical de la Eucaristía (aunque no comulguemos por decisión personal y de mutuo acuerdo, vivir durante esos momentos todo lo que podamos rescatar de bueno para nuestra vida diaria)...
Un abrazo grande !!! Hasta pronto !!! Cloe

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