domingo, 10 de febrero de 2013

UNA TARDE CAMINANDO POR LA “LENGUA” DE LA Laguna Merín





Los primeros pasos en la arena, muchas voces de ayer y de hoy llenan mi mente… caricia y actividades… la vida vivida.

A medio camino de ida el paisaje va entrando por la piel con su suave brisa que templa el sol radiante, por los oídos que perciben el viento y el pequeño oleaje, por el olfato que huele a frescura natural, y por la vista que tiene un horizonte amplio de cielo celeste y agua dulce, con un pequeño monte al otro lado… y algún que otro pájaro en vuelo. La arena con otros pasos anteriores a lo míos, mas pequeños y mayores, de mujer y de varones…

Al llegar a la punta después de pasar pequeñas corrientes de agua, lo que me llama la atención son las cucharetitas abiertas. Quise escuchar su recorrido hasta esa playa. Entendí que nacieron en algún lugar, crecieron y un día llegaron a esta playa se abrieron o fueron abiertas hasta quedar vacías…

Entendí que vaciarse es el final, donde unos eligen ser vaciados luego de mucho resistir y guardarse y otros a su tiempo se abren y se dan…




De regreso el encuentro con el deporte de navegar a vela que me enseña “que el viento es el viento” y tiene su dirección,, pero el deportista es capaz de manejar su vela e ir de orilla a orilla, de norte a sur, de este a oeste, de la orilla a la profundidad y de regresar… todo con el mismo viento. No somos hoja seca movida según los vientos, podemos movernos eligiendo la dirección con libertad, es cuestión de sabiduría y decisión…

Regreso siendo el mismo, sin serlo, un poco mas dispuesto a la apertura, un poco mas dispuesto a elegir mi norte, mi sur este y oeste…
Nacho


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