Mboupara, es una de las palabras más sagradas en la cultura guaraní y significa Visita. Las actividades de cada día se cumplen sin dejar nada para mañana, ya que se pueden hacer hoy. El descanso cada noche es tempranero para estar preparados para el día siguiente que puede ser un día bonito si vienen visitas. El patio de la casa se barre antes de salir el sol, esperando cada día la presencia sagrada de alguien que llegue. Cuando se ve aproximarse a una persona o grupo, del otro lado del río, descendiendo del cerro, llegando al monte... Inmediatamente se busca el asiento mejor para ubicarlo en el centro del patio donde se realizará la fiesta del encuentro. Se apronta lo más adecuado que se tiene para beber y comer ofreciéndoselo al visitante de la manera más inmediata y agradable posible. Toda actividad se detiene de unos y de otros en la casa, para sentarse junto a quien es considerado un enviado de Dios. La alegría interior se manifiesta en estos gestos concretos de acogida y también en posturas corporales, rostros primaverales con miradas y oídos de total escucha. Hasta el entorno natural de animales, vegetación y el viento pareciesen adherirse al tejido de los que llegan y los que reciben. El tiempo se transforma en eterno y nadie mira el reloj ...
Algo de esta sabiduría de nuestros antepasados corre por nuestras venas. Si bien muchas veces los patios se han transformado en casas y el río, cerro o monte en una ventana, una puerta, un timbre, una llamada por teléfono que nos preparan para el encuentro. Hoy la visita sigue haciéndonos salir de nuestro mundito ensanchando nuestro corazón, transformando nuestro cuerpo, despertando nuestros sentidos más profundos. Generalmente las visitas se planifican porque estamos en un tiempo en donde otras actividades generalmente relacionadas con el dinero nos ocupan el reloj. Programada o inesperada la visita sigue siendo algo inexplicable.
El verano ha sido para la mayoría tiempo de recibir o visitar. Visitas de familiares, amigos, vecinos, artistas, deportistas. Seguro que hay fotos y comentarios de algunos de estos encuentros gravados en nuestra piel, que recordarlos nos cambia el ritmo del latir del corazón.
Como comunidad Cristiana este fin de semana recibimos la visita del amigo Luis Del castillo acompañado por Heriberto nuestro Obispo. Con el motivo primero de agradecer por la colecta que realizamos en nuestra parroquia en respuesta al pedido de ayuda por los destrozos materiales que realizo el Huracán Sandy al pueblo Cubano. Lo enviado fue solamente un granito de arena que fue recibido como un gesto de reciprocidad solidaria como lo recordaba Daniel Márquez cuando recibimos en las inundaciones del 60, la mayor ayuda venida de estos hermanos. Reciprocidad por todo el bien para ver mejor que hemos recibido por medio de los médicos Cubanos dicho por Cholita y Muñeca. También María y Leo ofrecieron un tapiz y un libro que contienen saberes indígenas recogidos en Bolivia de los cuales nos alimentamos y compartimos.
Desde el sábado con visitas de otros Colibríes, las distintas comunidades prepararon el templo, el corazón para la acogida. La noche estrellada y de luna llena, la suave briza y las nubes del domingo a la mañana pusieron el clima ideal para los que venían de lejos en auto, ómnibus, moto, bicicleta y a pie. Las campanas sonaron a la hora señalada, la música acompaño cada gesto y el silencio ante la presencia y palabras compartidas desde la vivencia en la isla del norte detuvieron los relojes del templo que estaba lleno y de muchos en la ciudad y el campo que mediante la gracia de Radio Rio Branco pudieron ser participes de manera directa. La palabra de quien vive en un lugar sin intereses ideológicos con una religiosidad basada en la búsqueda de la verdad y la justicia, es una palabra clarificadora que desenmascara a los que crean fantasmas y aterriza a los que endiosan realidades humanas, las cuales siempre tienen sus luces y sombras. Coincidió que celebramos la misa por la pascua de Emanuel el joven fallecido el año pasado regresando a la Laguna Merin. Familiares, amigos y toda la asamblea recibió la buena noticia comprometedora con esta vida pero la cual es el prólogo de la vida eterna y el pasaje es la cruz...
El testimonio de Luis de ser perseverante en los sueños de juventud que se pudieron concretar luego de una larga maduración cuando ya parecía que esta vida se terminaba nos invitaron a rencontrarnos con nuestros sueños, mantener la fidelidad a ellos y acompañar a emplumar los sueños de los demás.
La mesa sencilla donde no faltó nada e incluso una dulce torta con las banderas de los pueblos unidos por la solidaridad expresión de la fe cristiana. Quizás para muchos fue un almuerzo festivo de domingo en familia grande, de esos que marcan para siempre el caminar por esta tierra en el prólogo del banquete de la vida venidera.
¡¡¡ Cuantos gestos de servicio, cuanto compartir en tiempo, ingredientes por pura gratuidad para acoger las visitas!! Tanto los que reciben como los que visitan son personas de carne y hueso con sus dones y carencias pero que cuando se juntan el gran sol transforma los temporales pasados y presentes en un sorprendente y bonito arcoíris producido por el encuentro de colores diferentes.
La sabiduría Guaraní nos invita a comprometernos en el día de hoy con nuestros quehaceres, viviendo el presente con todo nuestro ser. Descansando y alimentándonos de modo humano ya que no somos máquinas de una multinacional. Venciendo la tentación de los grandes intereses económicos que drogan a las masas humanas presentando el consumir como el orgasmo de la vida plena. Gran mentira que nos deja insatisfechos al poco tiempo de tener lo que nos hicieron desear y que inmediatamente nos ofrecen un nuevo producto para calmar nuestro hambre de felicidad.
La sabiduría guaraní nos propone cada despertar junto al gran sol, barrer nuestro patio interior y estar atento a la realidad para acoger a quien se nos acerca a visitarnos creyendo como ellos creen que el prójimo es el Dios real...
La sabiduría guaraní nos invita a entregarnos y a derrochar tiempo en los encuentros porque lo demás todo pasa.
Nacho
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