domingo, 24 de febrero de 2013

Visita de Luis del Castillo desde Cuba acompañado por Beto Bodeant (Obispo)


Como prólogo de hoy compartimos la celebración de la víspera en el Lago Merín, donde nos reencontramos con la comunidad: José Carlos y su esposa, Juan Antonio, Celia y Daniel, Gustavo, Pepe y Judith, y varios más que nos acompañaron en enero.



En la reflexión de la palabra nos planteamos la pregunta: cuáles son los momentos en que hemos vivido la plenitud?, compartiéndose casamientos, confirmaciones, nacimientos de los nietos, la alegría por un hijo que terminó su carrera y la reunión de los 13 hermanos de Daniel festejando el cumpleaños de su mamá, viaje a Chile con jóvenes de la Parroquia San Alberto Hurtado y experiencias de los comienzos en Pastoral Juvenil.


A las 9 de la mañana del día esperado con peregrinos de las distintas comunidades nos encontramos en el templo de La Inmaculada en Río Branco, donde ofrecimos un mantel que nos recuerda el camino de la iglesia local desde los primeros misioneros jesuitas en América. Particularmente en Uruguay Jacinto Vera y los misioneros y misioneras venidos de España e Italia y también a los que hemos enviado a Argentina, Brasil, Nicaragua, Bolivia, Cuba. 
La segunda ofrenda fue muy emotiva cuando Daniel se acercó al altar ofreciendo sus manos en memoria a las manos del pueblo cubano que se tendieron durante la inundación de 1960, donde a través de Fidel y Ernesto enviaron ayuda al pueblo uruguayo.
En la tercera ofrenda dos abuelas, Chola y Muñeca, ofrecieron su posibilidad de ver luego de haber sido operadas por médicos cubanos.
La cuarta ofrenda la realizaron María y Leo entregando los signos de un tapiz y un libro que recogen la sabiduría guaraní, haciendo presente el puente misionero entre ambos pueblos.
Y el pan y el vino que hacen presente a Jesucristo que nos une.


En la homilía Luis del Castillo nos habló de la importancia de esta vida como prólogo de la vida eterna. Al final de la Eucaristía nos compartió el testimonio de cómo llegó a cumplir su sueño misionero en Cuba, el cual logró vivir a la hora de Dios, que a veces no es la nuestra. Invitándonos a escuchar nuestros sueños y ser fieles a ellos hasta el final.
Seguidamente hizo memoria de cómo nació el intercambio misionero con Bolivia, que fue una continuidad de la misión que ya estaban realizando las hermanas del Verbo Encarnado, recibiendo la buena noticia de que este vínculo misionero ha sido continuado por muchas laicas y laicos incluso con sus hijos tanto de ida como de vuelta. También de sacerdotes en este momento estando Edgardo de la Diócesis de Mercedes y dos laicos de Montevideo. Vocaciones no nos faltan, ya que están disponibles al soplo del Espíritu colibríes uruguayos y bolivianos. 

La torta lo dice todo...


De la misa a la mesa, donde la comunidad estuvo de fiesta haciendo un paréntesis cuaresmal.


La bicicleta nueva de Romina fue arreglada por las manos de Gustavo, Daniel y Leo que se transformaron en las manos del buen samaritano, devolviéndole la alegría a nuestra benjamina. 


Querer es poder, cuando se quiere estar en un lugar y participar de un encuentro las distancias se salvan pedaleando desde los barrios más alejados e incluso de comunidades apartadas, en este caso a 20 kmts del punto de encuentro.


Como foto final del día una más de la mano de Dios que a través del naturista vecino de la comunidad de Casabó obró para que Baldir pudiera volver a disfrutar de su huerta y su esposa Carmen.
Cuando son las 22:15 hs, previo al regreso a la comunidad El Pastito luego de una medienda con lluvia en la comunidad de Dragón culminamos esta crónica sintiendo que vale la pena seguir tejiendo estas relaciones misioneras.


Marta y Leo (María y Dora nos preparan la cena y Nacho la bendice).     

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