sábado, 31 de enero de 2015

A UNA SEMANA DE LA MISA DE ENVIÓ DEL CAMPAMENTO - SÁBADO 24


 
 Hasta el último día en la mañana, partían y llegaban. Karen llegó venida desde Cuba. Incluso el domingo llegaría Nicolasa, Iván y Yeity desde Bolivia a Uruguay. También en la misa final, la de envío, tuvimos presencias colombianas y una familia que venía de Estados Unidos.
Esta dinámica de puertas abiertas, tan distinta a otras estructuras, está inspirada por el Espíritu del Liberador. Las continuas despedidas y llegadas, encienden abrazos fuertes, sumando nuevas miradas.
El viernes a la noche hubo fogón, lo que no impidió que la madurez del grupo  descansara bien, madrugando el sábado para preparar todo. En el desayuno éramos más de 30, compartiendo las fotos del día anterior y ofreciéndose voluntariamente para integrar los equipos de preparación. Un equipo de cocina, otro de limpieza, mas el de ambientación de la capilla, con el de música y el otro de liturgia.
Almorzamos, algunos disfrutaron de la playa, o de la siesta, sin olvidar que hubo voleibol también y todos a sus grupos. Realmente es una gran foto ver como personas tan distintas, son unidas por una misma utopía. Seguramente en las casas, y cabañas del balneario, a nivel familiar también estaban los preparativos, que incluyen luchas para desamarrarse y participar.
La liturgia de la misa ya fue “teología liberadora- comunitaria hecha carne”. La previa de mate, abrazos, miradas, diálogo, organización sin poder central con suma de talentos.
José Carlos de Brasil hizo el comienzo con aplausos festivos, especialmente dándole un lugar a los que estaban por primera vez.
Gonzalo de Artigas, nos hizo memoria del caminar día a día en la semana para ser ofrecido en la celebración. Además de acompañarnos a ser consientes de la presencia de Jesús como padre y madre de todo esto.
Viki  guaraní de Argentina, nos incorporó en el caminar de la espiritualidad guaraní, buscando la Tierra sin mal. Con los jóvenes ofrecieron la palabra bíblica en dos idiomas, con la danza del Arete Guazú.
Sylvia y Raquel de salto y Colonia, con sus palabras de mujer nos enriquecieron con el comentario bíblico, tejido al andar y al soñar.
Fausto de Lazcano, con los niños hicieron el ofertorio de los juguetes, flores, alimentos, junto al pan y al vino. Por supuesto que el grupo musical acompañaba en todo momento animado por Pablo, Roberto, Rossina, de Montevideo, Melo.
La consagración invocando al espíritu de vida, al espíritu santo, se realizó con la mano en el corazón, en un clima de silencio profundo que sirvió para ahondar todo lo vivido. Cuerpo y sangre de Jesús compartido por dos laguneras y por María de Argentina, en representación a todas las cocineras.
La acción de gracia fue en particular por el don de la vida de cada uno, en las vísperas del cumple de José Carlos. Donde no faltó la torta. Y al final en Juan Antonio, lagunero, volvió a resaltar el signo de la luz de Cristo que nos acompañó y nos quiere seguir acompañando en nuestro caminar.
La luz es para ponerla sobre la mesa.
No faltando al final la comida compartida con los panchos preparados por Mónica, María... y las tortas traídas desde Brasil, junto a las bebidas y baile aportado por todos.
 Tenemos claro que el fundante, convocante, impulsor
y centro de todo esto es Jesús.
Tenemos claro que el sentido primero de los campamentos
es “encontrarnos con Él en un Nosotros”,
 haciendo una experiencia de Fe.

En la cotidianidad, a ritmo vacacional
como familia grande,
donde cada uno pone los dones y bienes
al servicio del bien común,
con momentos explícitos de oración
como son el de la noche en el templo
 y las fotos del día.

La medida del Amor, es la entrega
y se transforma en la medida de lo recogido.
Cada cual entregó lo mejor de si
y recogió lo mejor de los otros,
nada se hizo por obligación, ni por dinero.
Otro mundo es posible ( Marcos 4, 21-25)
La CELEBRACIÒN fue un espacio de armonía. Asientos completos, con aplausos, cantos, risas, danza, lágrimas, abrazos, palabras, silencios, reflexión, miradas… una verdadera trascendencia de la realidad de nuestra existencia, para VOLVER MEJOR A ELLA. Es algo que nuestras palabras no pueden nombrar. Es un signo del reino de Dios entre nosotros, construido por medio de nosotros.
Nacho

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