Sin duda
que a diario cada cristiano puede experimentar en su vida el “pasar”
del Espíritu de Dios que en Jesús nos habla de su Reino, que ha
llegado y nos rodea, nos busca, nos inunda. Quienes nos sabemos en
manos de Dios, y en el caso de los que seguimos a Jesús, sentimos
siempre su presencia, unas veces con estruendos majestuosos: a veces
en medio del dolor y el sufrimiento, otras veces en la alegría y la
fiesta, como también en el que encontramos al borde del camino.
Otras muchas veces lo hallaremos en medio del silencio y la soledad,
como si Dios se callara o escondiera. Pero ahí está siempre a
nuestro lado.
Pero hay
ocasiones que son oportunidades de poder darse un tiempo para un
encuentro fuerte con Dios de una manera especial. Y no es algo
novedoso no, al contrario, es algo que está en el ser humano pues le
es propio pero que hemos perdido y que la misma Iglesia ha perdido
por caer muchas veces en el ritualismo y en lo normativo de “lo
tradicional” dejando de lado la celebración sencilla, pero no por
eso menos sagrada, de los que se hacen “pobres de espíritu” y se
confían en sus manos. Son ocasiones para encontar- nos y
encontrar-se, para compartir-nos y compartir-me, para disfrutar-nos y
disfrutar-me, para aceptar-nos y aceptar-me. La Laguna es la ocasión.
De ésto,
y de mucho más que sólo lo puede experimentar quien se atreva
acercarse, se trata el IV Encuentro Teológico que se llevará a cabo
desde el 17 al 24 de enero, en el balneario de la Laguna Merín. Es
un tiempo y lugar muy significativo para los que ya hemos participado
ya que hemos descubierto la pertenencia a un grupo tan lindo como
diverso, tan libre como comprometido, tan simple pero también tan
complejo. Participan laic@s casados y con hij@s, solter@s,
sacerdotes, religios@s, ex-curas, ex-religios@s, docentes, amas de
casa, asistentes sociales, cantantes, músicos, maestr@s,
científicos, ingenier@s, carpinter@s, panader@s, estudiantes,
liceales, niños, jubilad@s; desde Brasil, Argentina, Bolivia,
Uruguay; de confesión cristiana y de otras creencias; van creando un
tejido humano tan diverso y tan rico que hacen una gran sinfonía
vital cuando nos encontramos.
Y nos
encontramos para hacer TEOLOGÍA (que no es ninguna mala palabra)
sino que en este contexto la podemos traducir por “poner en común
la experiencia de Dios personal, para hacer una experiencia de Dios
comunitaria”. Si bien la teología como el “estudio acerca de las
cosas de Dios” tiene necesariamente una parte académica y
científica, siempre parte de una experiencia de fe en Dios, y por
eso es que todos lo que nos encontramos compartimos lo que vive cada
uno y lo ponemos en común. Si señor! hacemos teología durante toda
la semana, desde el desayuno hasta la cena, desde el comparitir la
Palabra de Dios que está en la Biblia, hasta que vamos a la playa,
desde las celebraciones diarias comunitarias, hasta la ronda de
canciones con muchos instrumentos que hacemos a la noche. Hacer
teología es hacer valer nuestra vida, y nuestra vida vale porque
hemos encontrado a Dios entre nosotros.
La
experiencia que hemos tenido de vivir el Reino de Dios, es asumida
también como la esperanza de nuestros hermanos guaraníes en la
Tierra sin Mal que hemos conocido en el Chaco Boliviano, de donde
también vendrán hermanos queridos. Por eso el encuentro repercute
en toda Latinoamérica, pues nos debemos a ella, a nuestra Tierra ya
que somos sus hijos. Estaremos unidos por internet a muchos que no
pueden venir desde Chile, Paraguay, Italia, Bolivia, Córdoba,
Brasil, y otros más que andan por el mundo pero que son parte de
este vuelo. Muchos quieren venir y no pueden por la distancia, los
tiempos, las responsabilidades. Si estás buscándote y buscando un
rumbo acercáte y ponete en contacto con nosotros y animate a vivir
una experiencia única.
Somos el
Equipo Misionero Itinerante Colibrí, nuestros contactos son:
Cel. 0598
99 794 785
TE
ESPERAMOS!!!
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