sábado, 2 de marzo de 2013

III Domingo de Cuaresma, camino a una nueva Pascua.


VER:
          Cuando éramos niños las películas norteamericanas nos presentaban a los indígenas como personas crueles que no permitían el progreso de los colonos y los soldados se transformaban en héroes haciendo casería de indios. Lo que las películas no decían era que los habitantes originarios del lugar eran los indígenas y los soldados estaban invadiendo por la fuerza ese territorio. Sin duda que las películas tenían una ideología de presentar a un grupo como los malos para justificar la invasión, el saqueo y la muerte. Esa película ideológica algunos la han vivido en carne propia como perseguido, como militar o como empresarios en este siglo. Esa misma película la vemos a diario en los informativos donde se resalta a ciertos grupos como «los jóvenes» «los musulmanes» «los pobres» como personas violentas e incluso terroristas y transforma en héroe a quien los mata.



ILUMINAR:
                      En tiempo de Jesús entre los considerados malos eran los Galileos por su deseo de libertad y por su religiosidad diferente a la del templo de Jerusalén. Los parientes y seguidores de Jesús en su mayoría de cultura Judía y Romana veían como normal la matanza de los diferentes e incluso se veía la mano de Dios en todo esto. Jesús cuestiona «la violencia» preguntando si ¿realmente son menos pecadores, es decir más buenos los que matan que los que mueren? Y complementa con una parábola de una higuera que no produce frutos y alguien pide un tiempo más para carpirla y abonarla para que no sea cortada. (Lucas 13 1-9)

ACTUAR:
                 Hoy en día como en todas las épocas, la violencia y la guerra son un «gran negocio para poderosos que se enriquecen con la invasión, el saqueo y la muerte de personas, grupos e incluso países que ellos se encargan de presentar como los malos de la película. El saqueo del continente africano, del amazonas enfrentando a los negros entre si y a los indígenas como un obstáculo para el progreso es presente de la ideología de la conquista que también siembra cizañas entre la relación de los países de América y el mundo que buscan unir sus pueblos. Esos mismos son los que presentan a los jóvenes y a los adolecentes drogadictos como el peligro, escondiendo a los señores y señoras del narcotráfico, del lavado de dinero, grandes contrabandistas y que usan de personas para trabajos ilegales y para la prostitución.

La espiritualidad cristiana es «no violenta» y quien elige este camino se transforma en una piedra en el zapato para las ideologías de derecha, de izquierda, de arriba y de abajo que justifican la muerte considerándose los buenos de la película. En este tiempo de cuaresma estamos invitados a carpir todo pensamiento, sentimiento, actitud de violencia que hay en nuestro interior. Es tiempo preferencial para apoyar a toda persona que pida una nueva oportunidad para dar buenos frutos. La plenitud del cristianismo se vive cuando logramos amar al diferente, al enemigo incluso dispuestos a dar la vida por Ellos. La espiritualidad cristiana al igual que las grandes espiritualidades afirma que solo el amor puede transformar el mundo en un mejor vivir donde quepamos todos. ¿Que violencia tengo que carpir en mi ?
Nacho

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