lunes, 20 de diciembre de 2010

Saludito de Navidad- Roberto Flores

Navidad
Celebrar a un niño puede ser entre otras cosas alegrarse por la posibilidad de una mirada diferente sobre un mundo, a veces repetitivo.
Cuando se reitera el mismo escenario desde siempre, también nos encontramos a nosotros siendo niños en el pasado, cuando teníamos una mirada que no veía el árbol o el bosque, sino a los dos.


Nuestra mirada antes de aprender a analizar y dividir, podría ser nuestra reminiscencia del todo, pidiendo ser recreada, nueva, en el adulto que somos hoy.
Año nuevo
Nuestra manera de medir el tiempo, nos hace tener la sensación de fin y comienzo, junto con la necesidad de ver ¿que hicimos en 365 días?.
Nos acostumbramos a lograr lo mejor que queremos, lentamente y desarrollamos una gran paciencia. A veces estamos próximos y oras veces nos perdemos del todo. He visto sin embargo: en cada buscador, lo buscado, ya presente de algún modo. Quizás mirando otra vez, veamos a esos que nos acompañan en la repetición de escenarios, siendo lo que buscan. Y talvez encontremos que en la precariedad de nuestros métodos y logros radica parte de la belleza humana. Tendremos que perdonarnos el ser un poco ineficientes para verla y querernos.   
Reyes magos.
(¿?) ya sería mucho bla bla bla.

 
Nos junta el viento
 En un balcón al mar, lugar de mil naufragios
se juntan los que esperan por los sobrevivientes
entre espanto y ternura sobre el viento y la duna
buscan la cifra tenue, de la vida en la espuma.

 Bolsillos llenos de nada y de tesoros
y ya no quedan rubros para mensajes
pero encontrarse es gratis
y lo mejor no cuesta, la deuda ya está paga por Alguno.

El viento nos convoca en un rincón del mundo
y el mundo no comprende más que causas y efectos
y el viento no conoce el orden de las reglas
un loco y otro loco, dan un cuerdo.

Buscar lo cierto en la casa del viento
lo verdadero, en objetos perdidos
la bondad y lo bello  doblando la esquina
miro al que busca y veo lo buscado.

 En cualquier bar se encuentran los que anhelan
aquel lugar del sol que ilumina el asombro
donde vivir sin deudas ni reproches
la cuenta ya está paga, sellada por Alguno.

 Lo contumaz, frágil y lo absurdo
nos haga fabricar el mejor de los mundos
aunque dure un instante ese mundo posible
¡Que viva y que se esfume sin dejar seguidores!

 ¡Salú!, Roberto Flores (accionista del bar Pedrín, desde 1976)
 PD: en el 76 compraba caramelos de café y leche.
Con el tiempo pasamos a algo más fuerte.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario