jueves, 30 de diciembre de 2010

Cuando compartimos con otros se hace más grande el nosotros de la humanidad…Uruguay- Bolivia

 

"No eches en la maleta lo que no vayas a usar,
son más largos los caminos, pa´l que va cargao de más…"

Alfredo Zitarrosa


Las decisiones


Cuando el avión alzó su vuelo, comprendimos que ya no había vuelta atrás. Nos esperaba el chaco boliviano. Íbamos como voluntarios, mi esposa y yo, ambos licenciados en enfermería, a colaborar con la formación de los jóvenes estudiantes indígenas de una Escuela de Salud y, también, a investigar un problema de salud en un par de comunidades guaraní.
Por supuesto, nuestros pequeños hijos varones de 3 y 23 meses venían con nosotros. El tiempo: un trimestre. Tiempo, también, nos llevó la preparación del viaje; arreglar en los trabajos, quién nos esperará, etc.

La pregunta que nos hacíamos como pareja era:
¿por qué vamos a ir? Es que el cómo, qué, cuándo y dónde ya la teníamos cubiertas, por la generosidad de quienes nos esperaban.
Por lo tanto, ahí estábamos en el punto clave de nuestra decisión como padres: ¿por qué? Y claro, también, que los cuestionamientos que nos hacían eran bastantes:
¿y los trabajos?,
¿y qué van a hacer con los niños pequeños?,
¿y si les pasa algo?,
¿y el clima?,
¿y el agua?,
 ¿y los insectos?,
etc.

Y nos respondimos que íbamos por dos motivos. Uno presente: compartir un poco de lo mucho que hemos recibido. Otro futuro: por nuestros hijos; pues como padres, queremos poder educarlos, en que cuando compartimos con otros se hace más grande el nosotros de la humanidad… sobre todo cuando podemos estar con quien más lo necesita. Ahí nos encontramos con el ser propio del hombre, pues el necesitado es el rostro desnudo del hombre que necesita del otro para juntos poder realizarces.
Entonces, ésta vez, aparte de las mochilas y los libros, trajimos dos enormes valijas con ropa (para el calor, para el frío, etc), juguetes, dibujos animados, medicamentos, etc.
Allá estaban los guaraní, con su cultura de recibir, convidar, compartir y repartir. Comprendimos con ellos, que la salud comienza por la tierra, agua, comida, vivienda y educación…
A la vuelta, estábamos cargados de más, por lo mucho que traíamos, sobre todo regalos, para los que nos ayudaron acá.
Pero lo que traíamos más lleno, era el corazón; por la alegría serena de haber compartido y aprendido (un poco) el ñande reko, es decir el modo de ser guaraní.

 Fabrizio Martínez


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