Nací el 10 de setiembre de 1988 dentro de una familia constituida siendo la hija más chica de 3 hermanas. Hija de padre brasilero y madre uruguaya naci y me crie en la frontera, más específicamente en Yaguarón - Brasil los días de semana mientras iba a la escuela y los fines de semana vivía en campaña en Uruguay.
Cuando niña y hasta el día de hoy era muy soñadora, y me encantaba planificar las cosas con mucho tiempo de anticipación, hasta demasiado quizás, creo que para evitar errores, ya que los detesto. Cuando niña soñaba en ser pediatra, luego medica, ya más en la adolescencia bioquímica; cambiaba constantemente la carrera que seguiría, pero lo que no cambiaba era el área de las mismas LA SALUD.
Ya terminando el liceo tenía que concretizar una elección que desde mucho tiempo la venia pensando de cual carrera seguiría. No tenía dudas que lo mío era el área de la salud, siempre lo sentí, lo lleve adentro, no logro imaginarme haciendo otra cosa, si me peguntas porque elegí la salud, no sabría contestar, creo que es lo que llamamos de vocación. Elegí la enfermería por una suma de motivos, la primera es que ninguna carrera me convencía tanto más que otra, que habían carreras que llevaban más años de estudio, por ser también una profesión que popularmente tiene una adecuada remuneración (hoy día se que no es así) y también porque había como un algo, una energía, que hoy digo que fue Dios, que me hacia interesarme específicamente por la licenciatura en enfermería. Y tome la decisión concretizándola el día en que me anote en la facultad de enfermería en Montevideo.
Allá fui a vivir en la Residencia María Inmaculada (residencia dirigida por hermanas católicas para jóvenes universitarias). Llegando en el 2007 a la residencia me encontré con un ambiente que hizo que aflorara mi fe, mi creer en Dios. Eran muchos cambios, mucha cosa nueva y mucho que adaptarse a la nueva vida, transformándose en un momento muy delicado, ya que me separaba de mi familia e incluso de mi novio que se quedaron en el interior, el compartir la habitación con otras chicas en la residencia, que ya no tenía las mismas comodidades físicas las cuales si tenía en mi casa.
Y en la búsqueda de hacerme fuerte internamente con el fin de lograr ultrapasar esos obstáculos me acerque a Jesús, a oír la palabra, aunque sinceramente al principio me costó un poco interpretarla, pero en fin continué, empeche ir a misa y a realizar el curso de primera comunión y confirmación que lo daban las hermanas de la residencia. Desde ahí fui construyendo mi fe en Dios, y dios me fue mostrando su presencia a cada día, a cada detalle de mi rutina, en cada parcial de la facultad que salvaba, a cada solución encontrada para cada problema, en cada palabra de aliento de una amiga cuando lloraba porque extrañaba mi casa; para mí en cada uno de esos momentos estaba Dios.
Y así fueron pasando los días, la adaptación a la residencia se fue haciendo un hecho, estudiaba mucho para la facultad y lograba tener éxito en los rendimientos y se pasaron 5 años. Fueron 5 años vividos pero el aprendizaje que tuve en ellos es mayor que cualquier cosa. En la residencia Vivían unas 80 chicas, y así mismo algún día llore desconsoladamente por sentirme sola. A medida que el tiempo fue pasando y con la convivencia tuve que ampliar el concepto que tenia sobre el compartir, el respeto, y principalmente la tolerancia. En la facultad aprendí a ser más independiente aun, y que todo lo que quería lograr lo tenía buscar por mi misma y así lo alcanzaría.
No tengo palabras para explicar lo que la experiencia religiosa, profesional y moral que tuve aportó a la construcción de mi personalidad y de mis ideales. Seguramente si no me hubiese ausentado por ese periodo seria una persona diferente a la que soy hoy, principalmente al respecto del egoísmo y la religión. Y es por eso que le doy gracias a Dios por la oportunidad de crecimiento que me fue brindada.
Hoy ya no vivo más en la residencia, volví a mi casa, volví a estar cerca de mi familia y mi novio, volví de Montevideo con el objetivo de hacer la facultad concluido y es por ese motivo que le quiero dar gracias a Dios, por la protección y amparo que recibí mientras recorría ese periodo de mi vida.
Defendí la tesis el día 11 de julio y estoy verdaderamente feliz con la carrera que elegí y por ese motivo el 18 de agosto celebro una Misa en Acción de gracias por la culminación de mi carrera y de un periodo de mi vida que fue lleno de éxito todo gracias a Dios.
Si bien creo que va mucho de la personalidad de cada uno las elecciones que tomé, le doy gracias porque él me ilumino y permitió que lograra percibir las buenas oportunidades de la vida. Para esta nueva etapa que comienzo en mi vida, etapa trabajar e independizarse cada vez más, deseo tener paz y mucha pero mucha tranquilidad, porque fue lo que me falto en los 5 años pasados, la vida universitaria es muy exigente y yo fui por encima aun de exigente conmigo misma, entonces lo que deseo es estar tranquila, vivir una vida calma, trabajar y ganar mi dinero, estar presente en la vida y disfrutando a mis entes queridos haciendo en lo posible todo lo que me gusta.
Como dije al principio soy muy soñadora y siempre me gusta planificar todo bien por adelantado, hoy mis sueños cambiaron, sueño en trabajar lo necesario que me trasforme en una excelente profesional, la enfermería no es solo medicar, curar, bañar, las enfermeras tenemos la gracia de trabajar con lo más importante de una persona, que es su salud o la salud de su ser querido, no trabajamos con seres inanimados, las enfermeras trabajamos con personas, que sienten, que duelen y que se curan. Hay que tratar al prójimo como nos gustaría ser tratados, y en eso está el amor de Dios, cuidar a un desconocido como cuidaríamos a un hermano.
Además de eso deseo en un futuro ser una excelente esposa y madre. Por más profesional que sea la mujer, nunca dejara de ser madre o esposa y/o ama de casa, las mujeres llevamos esa hermosa tarea adentro y no hay nada, ni culturas, ni épocas, nada, que puedan cambiar eso, poder dar a luz a un nuevo ser es el regalo más grande que existe. Hoy le doy gracias a Dios por haber culminado una carrera universitaria, pero no puedo dejar de dar gracias también por todo lo demás que me ha sido dado y una de esas cosas es de haber nacido mujer.
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