La participación y la organización de fiestas van mostrando el cambio cultural y las opciones que se va tomando en la vida en lo público y en lo personal. Si hacemos un recorrido histórico por el modo de celebrar fiestas en nuestra familia, en nuestro pueblo, en nuestro país, en el mundo encontraremos «verdades profundas» de quienes estamos siendo y a donde vamo
El sábado pasado celebraron los 100 años de doña María Ramos y este fin de semana próximo nos toca hacer fiesta en Mevir y Lago Merin, celebrando el día del trabajador arrocero, el día nacional de la catequesis, la acción de gracias de Valeria (por el titulo universitario de Ners), Bautismos de niños y adultos, los seis meses de la pascua de Emanuel y comenzamos los festejos de la Independencia nacional.
Analizando las fiestas que hemos tenido y las que se avecinan. Desde los Te Pañales, Juegos Olímpicos, Navidad, Pascua, cumpleaños, casamientos, aniversarios, reinauguración del Arquitecto Ubilla, raid, fiestas patrias...
¿Qué se come y bebe?
¿Qué tipo de música y baile si los hay?
¿A quien, quienes o a que se homenajea?
¿Son privadas o abiertas a todo público?
¿Que iluminación tienen y en que horario se realizan?
¿Quien financia los distintos gastos?
¿En qué lugar y quienes son invitados y quienes no?
Estamos convencidos de que el modo de participar u organizar fiesta transforma la realidad en un mejor modo de vivir colectivo o en una sociedad más partida; en personas más comunitarias o individualistas.
El colonialismo de grandes poderes económicos da mucha importancia a la fiesta. Mostrando su realeza e imponiéndonos sus ideologías y productos por medio de todos los elementos antes mencionados que componen una fiesta.
Los más empobrecidos si bien muchas veces son envueltos por los «poderes de este mundo», por momentos nos enseñan a compartir la fiesta que incluye, que libera, que da participación según los bienes y carismas de cada uno... fiestas que nos dejan los bolsillos un poco más vacíos pero el corazón lleno de música y nombre
Participemos, hagamos fiesta con el cuidado de igualarnos desde nuestras diferencias y cuidado de no crear dependencias, adicciones, divisiones.
Nuestra presencia o ausencia es un voto a favor o en contra para que los distintos modos de hacer fiesta crezcan o mueran... Apoyemos lo bueno para todos... que nunca será bueno para el individualista, separatista y el que quiera aprovecharse de otros... El Colibrí
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