Anticipándome a la profunda reflexión bíblica compartida por el amigo Roberto Flores, que vamos a publicar mañana, comparto algo más de realidad recogida de estos días…
Con un fin de semana “polar” que nos hace más agradecido por el regalo del fin de semana anterior cálido, volvimos a la realidad común con pequeñas celebraciones en número de personas, pero con la misma presencia de Jesucristo. Ayer éramos 12 en Sarandí de Barceló, hoy éramos 8 en Dragón, los trafogeros en la Inmaculada y San José Obrero… Relacionando a la luz de la palabras nos sentíamos igual a los demás, gustosos por la fiestas, deseosos de tener buena salud y ser favorecidos con los milagros del Dios de la Vida.
Lo distinto del camino Cristiano es el camino para hacer fiesta, que debe ser comunitario e inclusivo, abierto. Desde los asadores, los sacristanes, los músicos, y los presentes, incluyendo las visitas “hicimos fiesta con personas de vivencias bien diversas”, casados, divorciados, vueltos a casar, sin pareja, con hijos y nietos y sin ellos, con opciones sexuales diferentes, economías diversas, colores políticos variados, caracteres tímidos e impulsivos, charlatanes y callados, de campo, ciudad y capital, intelectuales y prácticos, de andar en brazos hasta con bastón…
Lo distinto del camino cristiano en cuanto a la salud, es la conciencia de que la vida es para gastarla en bien del Reino. Cuidando el cuerpo, buscando atención medica en la ciencia, algún mano santa, y demás… pero con algo único aportado por El Maestro, el camino de la Cruz… que da un sentido a lo sin sentido, da esperanza cuando ya no las hay, es compania en los momentos de soledad… Cargar con la propia cruz, dar una mano a quien nos pide, y enfrentar la muerte es bien diferente cuando se tiene la mirada en el hombre, en el crucificado, resucitado… La entrega no se calcula según los beneficios, la entrega es por amor…
Lo distinto del camino Cristiano en cuanto a milagros, es que descubre como milagro lo insignificante para el mundo de grandezas y de lo extraordinario. El milagro de percibir un corazón que late, un abrazo, un te amo, perdóname, un beso, un mandado, un canto, una mesa compartida… un corderito que nace … un gaucho que nos trasmite su sabiduría de que la las ovejas “gustan de respirar al tiempo”, al aire libre en las cuchillas, no son hechas para el encierro… y ese mimo hombre sin ser antropólogo, ni sicólogo… agrega quizás los hombres nacemos con los deseos de las ovejas “ gustar de respirar al tiempo” y nos educan o nos tuercen acostumbrándonos al encierro…
... me recordó lo de las cadenas las que nos imponen y las que nos ponemos… quizás a Jesús le fue como le fue por ser un cordero que puso en práctica el respirar al viento… quizás Artigas, el Che, Luter Kin, algunos abuelos, jóvenes, niños… quizás algún día nos animamos a respirar al tiempo… quizás estemos en camino…
siento nostalgia de ser cordero, sabiendo que algún día lo seremos plenamente en la vida eterna respirando en el tiempo de la eternidad, libertad, fraternidad… del amor pleno, ese que buscamos, ese que hemos palpado, ese que hemos construido en momentos… es bien distinto creer en Jesucristo…gracias Nacho (No perderse lo de Roberto Mañana)
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