Cuando niño escuchaba decir «hay que izar las velas cuando el viento está a favor y guardarlas cuando hay viento en contra». En estos días mirando las competencias olimpicas de barquitos a velas donde nuestro representante logró el octavo lugar a nivel mundial, me sorprendió ver como «un buen manejo de la velas nos posibilita navegar en la dirección deseada con vientos diferentes».
Jesús tenía en claro que muchas personas lo seguían solamente por los signos de sanación de multiplicación de los panes... por el buen momento que estaban viviendo.
Jesús sabía quienes eran los que habían madurado en la fe y se mantendrían en camino con los cambios de vientos venideros, con la presencia injusta- dolorosa de la cruz y quienes lo iban a abandonar y a entregar... Preguntó y nos pregunta hoy ¿También ustedes quieren irse?
Pedro había aprendido la respuesta indicada « Señor ¿a quién iremos? Tú tienes palabra de Vida eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que eres el santo de Dios».
Pedro había dejado todo lo demás para estar en camino con Jesús. No se puede estar en dos o más seguimientos a la vez: «El que ama se la juega con todo».
Pedro entendió el mensaje principal del maestro «el anuncio de la vida eterna» que va más haya de los signos positivos que la señalaban.
Pedro creyó que Jesús venía de Dios y era el camino para encontrarse con El. (Juan 6, 63 - 69)
Llegado el momento la fe de Pedro entendida y predicada «tambalea» y abandona a Jesús apartándose de la comunidad...
Pedro había sido un elegido por lo tanto Dios insiste más allá de las incoherencias del discípulo, enviándole el Espíritu Santo, haciendo que vea la resurrección de Jesús, y esto le permite volver a entregar su vida en bien del Reino aunque los vientos estuviesen en contra, aunque no se vieran frutos, aunque quedaran pocos, aunque el mal triunfase momentáneamente... Pedro creyó y siguió.
Dios es fiel en su amor aunque nosotros seamos infieles, pero Dios respeta nuestras decisiones nos deja irnos y nos da signos de que siempre nos espera.
Dios ama por lo tanto no nos ata, nos invita a DECIDIR dejarnos amar por su infinita misericordia y seguirlo a pesar de nuestras incoherencias. Nos invita a Amar desde lo que somos...
Aprovechemos los tiempos buenos de viento a favor para preparar nuestras velas para saber buscar la vuelta a las situaciones no tan buenas en cuanto a las actitudes personales y comunitarias.
Profundicemos sobre la «vida eterna» presentada como «banquete festivo sin excluidos». Sabiendo que hay un lugar para nosotros así como somos y también para todos los demás. Asentémonos y asentemos a los demás... que es experimentar el ser amado y amar.
La fe en el Reino como banquete de vida eterna es la «brújula» que nos permite disfrutar de las fiestas en plenitud y es la brújula que debemos buscar en nuestro interior en los tiempos de soledad, de cruz para mantenernos en la opción fundamental: vivencia del Amor de Dios ocupados en su Reino eterno.
Nacho
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