Después de haber acordado la
fecha, mientras comienza la semana de vacaciones, ya nos vamos
preparando para el encuentro. “Es poco...sólo dos días”
pensarán algunos y quizá es verdad, creo que todos nos necesitamos
compartir más tiempo. “No estaremos todos”, pensarán otros,
pensando en la ausencia de Cloe y Gilberto, Roberto, Raquel, Nahir, Edgardo y otros; y
quizá también sea verdad que vernos, oírnos, sentirnos,
abrazarnos, es una necesidad que hace nuestra identidad. Pero como
Colibríes sabemos que cuando se trata de volar, TODOS volamos, y
aunque en ese vuelo nos separemos un poco del nido también sabemos
que los que se quedan estarán invocándo nuestra presencia con el
corazón.
Una de las notas del encuentro
será el envío” que haremos con Víctor, Marta y Erik que en pocos
días se van a Bolivia. En ese mismo viaje se quedarán a mitad de
viaje Marta y Leonardo que van a visitar a Lumila. Celebramos el
encuentro con la Madre Tierra -de la cual somos parte-, con la mirada
puesta en la Patria Grande. Lo otro lindo es que aparecen nuevos
colibríes: Gonzalo y sus dos hijos: Virginia y Martín que, con sus
10 y 15 años, se arriesgan a conocernos y a compartir con nosotros.
Benditos los que vienen en nombre del Señor! Y sin duda nuevos
colibríes se acercarán a la capilla Stella Maris que nos recibe.
Y mañana salimos en caravana!! Mediante emails y face nos fuimos organizando para el viaje: Florencia que viene hoy de Florida se hospedará en la casa de Silvina y mañana a las 5:40 las pasamos a buscar, luego que Gonzalo, con Viqui y Martín, nos recoja en nuestra casa a Rossina, Juan y yo. De allí nos vamos a juntar con Víctor y Marta que esperan que Erik salga de Casabó a las 5:00 con Marta y en el camino levantan a Leo, y juntos nos esperan. De allí pertiremos en dos vehículos en caravana. Dicen que mañana llueve así que es mejor ir juntos para cuidarnos mutuamente en la ruta. En total seremos 13 colibríes que recorreremos 417 kmtrs hasta Río Branco, para luego hacer 20 klmtrs más hasta la Laguna. Allí nos encontraremos todos para compartir eso que sabemos que tenemos en común y también lo que nos hace diferentes. En fín lo que Dios hace y sigue haciendo en nosotros. Agradecemos desde ya a la comunidad lagunera que nos recibe con tanto cariño y afecto. En estos tiempos de tanta inseguridad es lindo saber que quien se anime a participar tiene un lugar seguro donde será muy bien recibido.
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