Último día en Resistencia

A esta hora estamos volviendo a empacar las cosas para retomar el vuelo hacia otra parte del Chaco, la parte boliviana. Es claro que las regiones, los vínculos entre las personas, son mucho más fuertes que las fronteras, las líneas que algunos han querido trazar. Lo vemos en cada encuentro que hemos tenido. Y al empacar el viajero siente que deja parte de sí y se lleva otro poco de donde parte.

Pasamos días increíbles acá, en la tierra de los Qom, los Wichis, los inmigrantes. Tuvimos muchos tipos de transporte: el auto que nos llevó a recorrer la ciudad, el bote con un paseo precioso por el Río Negro que divide la parte pobre de la rica y nos recuerda la gran desigualdad de nuestra tierra. Me hizo acordar a un canto que dice:  "el río separa tu canto y el mío, el río no sabe amar".

Hasta hicimos un paseo en tren hasta Puerto Tirol, y en el camino me llamo la atención la cantidad de ranchitos, y en el tren compartimos risas y olvidos con la gente sencilla. Paso algo que es mi foto del día de hoy. Por sacar una foto al tren, olvide la mochila en la estación, y descubrí que no la tenía muchas estaciones después. Entonces le pedimos al guarda que se pusiera en contacto con la estación de partida, y enseguida llamaron y todavía estaba ahí. Pero lo que más nos llamó la atención fue que pararon el tren y hasta que no se resolvió el tema no seguimos, que diferente hubiese sido en Montevideo en cualquier transporte colectivo. Así que gracias a Dios pude recuperar mi mochila, que además es muy querida por todo el tiempo que lleva conmigo. Y doy gracias por las personas que puso Dios en nuestro camino, Resistencia es un nido más para la ruta de los colibríes.

Todo esta saliendo como programamos, mañana salimos rumbo a Bolivia, dejando a Marta que vuelve y sumando a Numi al equipo itinerante. Seguimos en vuelo...