Esta realidad en que vivimos nos forma nuestra manera de pensar, de
sentir, y de existir. Toca la vertiente de nuestra vida que es "el corazón". La cultura capitalista a logrado colonizar el
corazón de muchos. Como decíamos, logro que el dinero gobierne nuestras decisiones en la
inmensa mayoría.
Jesús con la parábola del sembrador nos presenta : que Dios mismo a través de sus servidores y profetas ha querido sembrar en nuestro corazón el deseo de amor a Dios sobre todas las cosas y el amor al prójimo como a si mismo. Lo que plantea la construcción de una realidad de fraternidad y justicia humana, con un mismo Padre que nos hace hermanos. Nos libera de toda esclavitud y pone a cada cosa en su lugar: a las cosas materiales como medio y no como señor.
La siembra ha sido realizada y se continúa sembrado. Todo depende de como prepararemos nuestro corazón, que es la tierra donde se siembra el mensaje. El corazón se alimenta de lo que escuchamos, de lo que vemos, de lo que decidimos.
No comprender esto es caer en manos del Maligno y quedar fuera del camino de Jesús. El no mantenerse fiel cuando vienen las dificultades por causa de optar por la propuesta de Jesús, nos lleva a perder la alegría sobre la vida, perder la confianza en la humanidad y endurecer nuestro corazón como piedra. A otros las preocupaciones de este mundo y la seducción de las riquezas, sabiendo lo que tienen que hacer para ser cristianos, ser más hermanos, ahogan la siembra de la fe, del amor, de la justicia y terminan con un corazón lleno de espinas, dolores, miedos, acumulando bienes como cualquiera que no conoce el camino de Jesús. Y los que preparan su corazón quitando piedras y espinas, ahondando la relación con "el sembrador y sus profetas y servidores" se transforman en tierra fértil" que de su corazón salen frutos de perdón, deseosos de verdad y justicia. ( Mateo 13,1-23)
Jesús con la parábola del sembrador nos presenta : que Dios mismo a través de sus servidores y profetas ha querido sembrar en nuestro corazón el deseo de amor a Dios sobre todas las cosas y el amor al prójimo como a si mismo. Lo que plantea la construcción de una realidad de fraternidad y justicia humana, con un mismo Padre que nos hace hermanos. Nos libera de toda esclavitud y pone a cada cosa en su lugar: a las cosas materiales como medio y no como señor.
La siembra ha sido realizada y se continúa sembrado. Todo depende de como prepararemos nuestro corazón, que es la tierra donde se siembra el mensaje. El corazón se alimenta de lo que escuchamos, de lo que vemos, de lo que decidimos.
No comprender esto es caer en manos del Maligno y quedar fuera del camino de Jesús. El no mantenerse fiel cuando vienen las dificultades por causa de optar por la propuesta de Jesús, nos lleva a perder la alegría sobre la vida, perder la confianza en la humanidad y endurecer nuestro corazón como piedra. A otros las preocupaciones de este mundo y la seducción de las riquezas, sabiendo lo que tienen que hacer para ser cristianos, ser más hermanos, ahogan la siembra de la fe, del amor, de la justicia y terminan con un corazón lleno de espinas, dolores, miedos, acumulando bienes como cualquiera que no conoce el camino de Jesús. Y los que preparan su corazón quitando piedras y espinas, ahondando la relación con "el sembrador y sus profetas y servidores" se transforman en tierra fértil" que de su corazón salen frutos de perdón, deseosos de verdad y justicia. ( Mateo 13,1-23)
Cada dios se da a si
mismo. Quien prepara la tierra para sembrar papas podrá tener una cosecha más o menos
buenas de papas y nunca cosechará otra cosa que no
sea papa. Quien prepara la tierra de su corazón y se
prepara para hacer dinero condicionado por muchas realidades, podrá llegar al final de la vida con ciertas seguridades basadas en la acumulación de esos frutos materiales.
Quien trabaja la tierra del corazón y elige como "sembrador" al Dios de la Vida, no se asegura tener muchas cosa, ni salud ni vida larga, ni siquiera el reconocimiento por los que se dicen cristianos... pero quien se pone al servicio de la vida desde el corazón producirá muchos frutos de vida y recibirá el regalo de la vida eterna que vale mucho más que los placeres y los cien años de un rey.
Quien trabaja la tierra del corazón y elige como "sembrador" al Dios de la Vida, no se asegura tener muchas cosa, ni salud ni vida larga, ni siquiera el reconocimiento por los que se dicen cristianos... pero quien se pone al servicio de la vida desde el corazón producirá muchos frutos de vida y recibirá el regalo de la vida eterna que vale mucho más que los placeres y los cien años de un rey.
Nacho
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