sábado, 7 de junio de 2014

Hay fines y fines de semana...

Fines de semana los hay de muchos colores y sabores. El pasado fue uno de colores hermosos, de sabores exquisitos...

       Primero el sábado 31 por la mañana en “El Pastito” en el “Retiro de Colibríes”. Retiro de hombres y mujeres que seguimos buscando a Dios en todo lo que hacemos. Personas simples y sencillas pero comprometidas con el , en lo más grande y en lo más pequeño, cada uno a su manera, cada uno desde su propia realidad.
     Tuve que ir sólo porque mi esposa -Rossina- se quedó en casa con nuestro hijo que estaba con los malestares propios de los niños pequeños en invierno, en días de humedad y lluvia. Pero no Fui tan sólo porque la traje conmigo a la ronda de compartir la vida, lo que soy, lo que busco, lo que Dios me pone en frente y como es mi compañera, allí estuvimos juntos. Todos la extrañaron y eso me puso orgulloso. Dios ha sido detallista conmigo al ponerme al lado un mujer tan buena y hermosa, tan buena esposa y madre. Juan Pablo es feliz por la mamá que tiene...
       Tampoco fui solo porque llevaba conmigo (que en realidad me llevaba él en su auto) a un nuevo colibrí, Gonzalo, conocido en algún vuelo de semana Santa. Un colibrí hermano, que vuela con dos hijos pequeños (10 y 15 años) ya que su esposa hoy los mira desde el cielo. Este colibrí también quiere volar a otras tierras como misionero, pero doy fe que es un gran misionero en la vida diaria. Allí fue y por primera vez veía la cara de los que leyó en las “Memorias de Colibrí” que le regalé hace un tiempo. Fue lindo verlo entre nosotros.

       En el retiro, guiados por el Espíritu y la lectura bíblica, nos hicimos “uno” entre todos y compartimos los que somos...es tán hermoso ser lo que queremos ser!! y pienso en tanta gente que quisiera vivir lo mismo...allí rezamos, allí contamos nuestras idas y venidas al Chaco boliviano como “lugar y tiempo de liberación” y por ende de salvación. Parafraseando palabras de Nacho, y agregándole alguna mía: “Bolivia es para nosotros un lugar de liberación, la toma de conciencia de lo atrapados que estamos en este mundo a las cosas materiales, prejuicios, y tantas otras cosas que no nos dejan ser libres...”
         A la tarde del sábado, ya en familia, nos fuimos a participar de un oratorio en la ciudad de Las Piedras, Canelones, junto a una familia, “los Rossi”, que organiza allí en una capilla una tarde de juegos, danzas, merienda, para los chicos del barrio. Madre, padre e hijos, se ven felices llevando a cargo esa hermosa tarea de generar espacios para el encuentro con Dios desde la misma realidad de los niños. También los ayudan a conocer a Dios, los prepararan para los sacramentos, los apoyan en todo y, lo más importante, le regalan su disposición, su tiempo, su amor. ¡¡¡Hermoso testimonio!!! Como fieles hijos de Don Bosco...Allí vuelvo a ver a mi esposa en su “habitat” natural: animando, jugando con niños, disfrutando y contagiándose de la inocencia que tienen. Allí Rossina es Rossina...

     Luego nos fuimos a la casa de “los Rossi”...donde pasamos un rato hermoso...jugamos al Ping Pong, degustamos pan casero, charlamos, comimos unas pizzas exquisitas y allí la vida de Dios se respira en el aire. Aclaro que “los Rossi” son 8: mamá y papá, y 6 hermanos (dos nenas y cuatro varones), el menor de 16, y el mayor de 24. Son un hermoso testimonio de familia cristiana...simpre están juntos haciendo actividades juntos. También fueron un regalo de Pascua ya que los conocimos en semana Santa. Ojalá podamos aprender como familias de ellos.
      El domingo...día de elecciones internas. Junto a este compromiso teníamos también la primera convocatoria de “Familias Misioneras”, un nuevo espacio dentro de las Obras Misonales Pontificias, donde nos encontramos cuatro familias para concoernos, compartir experiencias acerca de la misión y comenzar a pensar juntos algunas acciones para seguir caminando por un sendero poco trillado. Queremos que muchas familias se animen a ser misioneros, pero no sólo ad gentes, sino en su barrio, en su lugar. Fue un encuentro lindo donde también nos reunió el Señor alrededor de la Eucaristía. Le pedimos a él que nos guíe por donde quiera llevar esta nuestra disposición familiar de ser misioneros.

Y así terminábamos el finde...cansados per felices de ser Hijos de Dios, llamados a caminar como pueblo en donde haya que hacerlo. Sí, desde lo que somos pero sabiendo que si él está somos muchos y somos fuertes.


Diego Pereira.

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