Me puse a buscar algo especial,
que llenara mis espacios de respuestas…
Sólo encontré un camino con preguntas,
y al principio eso fue desilusión…
Las respuestas más existenciales no llegaban
y mi libro de preguntas desbordaba…
será que Existe y Vive el crucificado?
O será que inmerso en la muerte sucumbió?
Será que existe un Dios tan despiadado,
capaz de ver sufrir sin inmutarse?
será que amarle es sólo gran engaño,
para culpar a Otro de lo que no hago yo?
Me gustaba más un Dios allá en las Nubes,
más que éste que respuestas me ofreció…
me gustaba más poder culparle de todo,
por mirar de lejos el llanto y el dolor.
la falsa imagen de ese Dios alejado…
sentado en un trono severo y aburrido,
capaz de castigos y de exigente señorío.
Me mostró su humildad, humanidad y pobreza,
me mostró que es mendigo de mi muestra de amor…
me mostró cómo sufre en el cuerpo doliente,
se mostró necesitado de mi pobre favor.
es verdad que es capaz de hacerse nada por mí…?
es verdad que de mi espera un Sí grande y
fecundo,para otorgar con mi Sí mas amor a este mundo?
No quiero un espejo que devuelva mi imagen…
No quiero encarnar yo, para otros a Dios.
No ser yo responsable de ése Dios “Emanuel”!
… mi necio buscar donde no estabas sucumbiendo.
Sufrí pobreza, soledad, dolor, angustia y odio…
…heridas propias y ajenas me golpearon.
Supe que estabas, tomándome la mano…
No quise escucharte a pesar de tu presencia,
y sólo hice más duro mi camino…
Me fuiste ganando a presencia repetida,
amando mis miserias, susurrando al oído.
Supe que estabas, tomándome la mano…
Me puse a buscar algo especial, y no encontré,
lo que tanto ansiaba confirmar…
pero en el camino descubrí, no sin asombro,
lo que nunca antes habría imaginado:
Supe que estabas, aún ahí, tomándome la mano…
Gonzalo Rodriguez
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