Una de las primeras cosas que cuidan las selecciones de Fútbol cuando han
llegado al mundial es “la comida”. Un equipo de cocinero profesional con
dietistas y encargados de hacer las compras forma un verdadero equipo al
servicio de cada jugador para que alcance su mayor rendimiento.
Por otro lado se dice que una de las “epidemias mayores culturales” se
contagia a través de la colonización impuesto por internet y los medios de
comunicación.
La cumbre de los Países emergentes con el lema del “Buen Vivir” escuchó aportes de culturas milenarias indígenas de nuestro
continente. Para ellos algo fundamental es “el comer bien”.
Por lo tanto en todos los ámbitos de la existencia humana “el tipo de
alimentación tanto para el cuerpo, como para la mente y el espíritu son
determinantes en lo que vamos eligiendo ser.
En la espiritualidad Cristiana Jesús mismo se presenta “como el alimento de
Vida”. Sin olvidar ni excluir sus distintos modos de presencia como lo son los
más empobrecidos, los tenidos por último, la palabra
bíblica, aquí en el texto de hoy pone el acento de su
presencia en el pan y vino consagrado: su presencia eucarística. (Juan 6,
51-58)
Recordemos que Él mismo celebró la primera misa y dejó a los
presentes este mandato, haciendo nueva la celebración
Pascual. Se mantuvo el sentido de liberación, pero a partir de ahora el cordero
que alimenta es el mismo Cristo, con su cuerpo y su sangre a través del pan y el
vino consagrado.
Nuestra misa, como toda comida o rito religioso ha sufrido “cambios” según
los procesos históricos y culturales. Hay “cocineros”, encargados de preparar la
comida, de presidir la eucaristía que han sido más
estrictos con las normas. Otros han dado pasos de
inculturación al grupo humano que celebra y al lugar. Unos y otros han tenido
aciertos y errores (también horrores). Acentos que fueron aprobados o condenados
en determinadas épocas después han sido cambiados. Dos cosas importantes que
tiene nuestra Iglesia es la palabra bíblica que nos cuenta como celebró Jesús y después el magisterio común de la Iglesia que busca
la unidad.
Quizás una escucha que pocas veces hacemos es escuchar
“las causas de porque mucha gente deja de venir a
misa” y “que piensan los que participan de cómo estamos celebrando”. Seguro
habrá distintas opiniones, según gustos, necesidades, formación y culturas. Algo
que personalmente siempre decimos cuando alguien dice que “le gustó o no le gustó” la misa, siempre
invitamos a preguntarnos si ¿nos acercamos o nos alejamos de la misa celebrada
por Jesús?, ¿si nos encontramos con Él y con los demás
celebrantes?
Son tiempos de mucha búsqueda Espiritual, hay hambre de algo que
trascienda, hay deseo de una vida mejor. ¿Qué ofrecen
nuestras misas? ¿Para quiénes es la oferta? ¿Para
quién se entregó Jesús?
Hay muchas cosas que van cambiando, una de ellas es que lugar tiene la
“comida” en nuestras relaciones humanas. El asado o las pastas en familia y con
amigos el fin de semana, y el comer juntos en la misma mesa, para muchos es una
añoranza o excepción. El cocinar en casa ha dejado un lugar, para unos cuantos,
a comer fuera con diversidad de propuestas para todos
los gustos. ¿Somos más felices? ¿Nos encontramos más en profundidad?
Por otra parte hay mayor sentimiento de soledad, con participación de
eventos multitudinarios. También en lo espiritual hay propuestas individualistas
y masificadoras. Con el elemento esencial “del tiempo”.
Donde muchos se sienten con poco tiempo, encuentran ofertas de soluciones
“inmediatas”.
Por acá seguimos apostando al Dios que se manifiesta “en el tiempo, en
donde dos, tres o más están reunidos en su nombre”. Un Dios que hace procesos
con la humanidad, sin exclusión, que se encarna y nos libera. Creemos que las
verdaderas espiritualidades apuntan al amor a la vida,
la sobriedad de vivir, la sencillez, la solidaridad y la fraternidad. Por lo
tanto quien está en un camino espiritual real, es una
persona vacunada contra el consumismo depredador y excluyente. ¿Dime cuánto y qué necesitas para vivir y te diré en que Dios crees? decía un
viejo
sabio.
Nacho
Nacho
Muy bueno Nacho besos
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