Como todo
viaje medianamente largo se va haciendo por etapas, dejamos atrás la naturaleza
y la ruta cuando pasamos la ciudad de Corrientes y llegamos a Resistencia,
capital de la provincia del Chaco, alrededor de las 17:30 aún con el sol en
alto.
Estas
ciudades vecinas unidas por el puente General Manuel Belgrano tienen también su
esplendor y belleza que supimos visitar, conocer y disfrutar por 3 días y
monedas con los mejores amigos que Dios pudo haber destinado para nosotros y ya
desde allí los amigos (y las familias) de los amigos comenzaron a hacerse
amigos entre sí.
Numila nos
esperaba en la residencia donde vive junto a sus hermanas de la compañía de
Santa Teresa de Jesús, de las cuales conocimos a Isabel, que hace años vino de
Salamanca, y donde nos quedaríamos también nosotros.
Después de
ponernos un poco al día salimos a caminar por la Resistencia nocturna y conocimos
a los hermanos mellizos de Numila (Nico y Nicky) y nos reencontramos con su
papá Ricardo.
El sábado a
mediodía disfrutamos de un delicioso asado con parrilla completa preparado
desde temprano con toda dedicación por Ricardo y Nico en el Parque 2 de Febrero
y posteriormente de un paseo por el mismo parque.
“Como
estaba planificado”, llegamos para la
Bienal del Chaco, donde Nicky estaba trabajando en el stand
de turismo, y donde se realiza un concurso internacional de esculturas.
Si bien en el
concurso participan esculturas modeladas en acero inoxidable, también hubo un
encuentro de escultores argentinos trabajando diferentes técnicas y materiales
como madera, metal, plástico y arena entre otros. Digo esto porque me llamó la
atención en particular una escultura en arena que si bien vimos terminada en
fotos estaba todo el proceso de modelado, que es justamente lo que intentamos
hacer nosotros en estos relatos, mostrarles por fotos, anécdotas, vivencias y
sentires el proceso de nuestro viaje desde nuestra perspectiva y según nuestro
propio proceso, que a diferencia de la escultura no está ni cerca de terminar.
Recorrimos por
la noche la costanera y el centro de Corrientes y el domingo disfrutamos de un
paseo en lancha por el Río Negro y también fuimos a misa y conocimos a Horacio,
un jesuita uruguayo que hace 4 meses llegó al Chaco.
El lunes fuimos
a Puerto Tirol en tren y recorrimos el hermoso lugar que queda a media hora de
Resistencia, al final de la línea. En este viaje la divina providencia nos hizo sentir que estaba con
nosotros ya que un colibrí dejó olvidada su mochila en la estación donde
tomamos el tren y gracias a gestiones de Numila y Ricardo pudo ser finalmente recuperada.
No me alcanzan las palabras para agradecer a todos los que
nos recibieron y nos hicieron sentir como en nuestra casa compartiendo todo lo
que tenían con nosotros, con una confianza y un cariño como si nos conocieran
de toda la vida y sabemos con seguridad que en Resistencia al igual que en
Córdoba tenemos una fuente, o mejor, una casita para los colibríes en vuelo que
buscan el agua viva del encuentro.
Los extrañamos!!!
Leo.
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