golpe a golpe, verso a verso"
El tejido intercultural, vocacional, de género, de edades, lenguas, pasiones... está muy presente en nuestra cotidianidad. También a la hora de la celebración.
Recordábamos que cuando nos visitaron de Bolivia: Cesar, Wilver, Yasmani, Maribel, Rosita, Adelaida, una de las cosas que les sorprendía era que los uruguayos nos quejáramos de los "parches" en las rutas nacionales. Ellos miraban desde sus carreteras de tierra, y les parecía que nuestras rutas eran un lujo.
Pero alguno de ellos camino a Tentayape "última casa", se asombraba de que no había caminos y que había que elegir construir entre piedras, arenales y quebradas.
Esto nos hacía pensar en los caminos de vida. Hay personas que construyen carreteras asfaltadas y otros hemos elegido vivir construyendo nuevos caminos. Quizás ese es un elemento común entre los que nos encontramos en este espacio, ya sea acampando, participando en las noches o en comunión por medio del blog.
Tenemos en común la diversidad de caminos. Y nadie está muy seguro de como y donde estará el año próximo. La itinerancia, la libertad espiritual que procuramos profundizar se concreta en una existencia itinerante en cuanto a modos de relaciones, y lugares de nido.
El horizonte está claro: "el Reino de Dios", pero el camino, que es Jesús, no es una carretera asfaltada, es un camino en continua construcción. Si bien la incertidumbre del mañana no es fácil los encuentros del camino nos sorprenden abriéndonos al misterio de su Amor entre nosotros.
Estamos en un camino itinerante, difícil, sorprendente, de cruz y vida plena.
Un día muy movilizador donde aparecieron los aromas y olores, las flores y espinas de cada uno. Fue un día de mucha autenticidad.
Y desde lo que somos con piedras y el agua construimos una convivencia de relaciones llena de colores.
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