"¿Qué es valioso para el cosmos?
¿Qué tiene valor para el cosmos como hogar sagrado de todo lo que existe?
Los que toman conciencia del esplendor del Universo
y encienden la chispa de vida en los demás."(1)
Las personas pasamos en la vida por diferentes etapas, en diferentes aspectos, a veces en forma lineal, a veces vamos y volvemos, incluso en diferentes circunstancias podemos estar en diferentes etapas. Por ejemplo yo quizás tenga definida mi profesión, pero no tanto así mi vocación, aunque ambas estén relacionadas.
Mi etapa más temprana, la que yo recuerdo, fue personal. Empezó junto con mis proyectos de estudio, guiado por mi núcleo familiar, fueron mis primeros viajes de descubrimiento y también mis encierros de lectura.
Al abrir un poquito el círculo, mi segunda etapa fue grupal. El tiempo de los grupos de jóvenes y los amigos que me acompañaban a todos lados. El camino estaba pensado siempre desde el grupos de amigos, el grupo de parroquia, etc.
Y es así como el entorno se agranda, una vez más, para dar lugar a la etapa del proyecto "social". Terminada la carrera, comenzó la búsqueda del cambio en sociedad, y el sueño de dejarlo todo para recorrer el mundo buscando ESE lugar y esas personas que nos indicaran por donde iba la cosa. Fue así que construí mis lazos con los países de la región que visité, esas conexiones que surgieron de los encuentros con muchas personas, siguen siendo un misterio pero que se dejaron sentir y me hicieron vibrar. Fue donde intenté proyectar un lugar donde aterrizar y, por un momento, plegué las alas y empece a buscar una conexión real y estable con el lugar que elegí.
Pero ahora asoma el descubrimiento de una nueva etapa. Como a pasitos voy intuyendo esos nuevos conceptos que me permiten comprender el Todo. Quizás le podría dar el nombre de etapa cósmica o universal. Estoy lejos de vislumbrar a donde me dirige, pero me hace sentir a Dios como parte de Todo, y a Todo ser parte de Dios.
Aquí hay algo que vislumbra lo que siento:
"Somos la autoconciencia del Universo, porque permitimos que el Universo se conozca y esté consciente de sí mismo. Podemos decir, entonces, que el Universo está consciente de sí mismo gracias a un cerebro capaz de reflexionar sobre sí mismo y que se despliega en lo humano. Hemos sido creados para que la vivencia de la belleza se haga consciente. La bola de fuego inicial existió durante veinte mil millones de años sin autoconciencia. La obra creativa de las supernovas se prolongó por miles de millones de años sin que las supernovas supieran lo que estaba pasando. Una estrella no puede, por sí sola, tomar conciencia de su belleza y de su entrega. Pero a través de nosotros la estrella puede reflexionar sobre sí misma. En cierto sentido, tú eres la estrella. Mírate las manos, ¿podrías decir que son algo que te pertenece? Todos los elementos que la forman fueron creados a una temperatura un millón de veces superior a la de la lava ardiente, cada átomo fue creado en medio del fuego incandescente de una estrella. Tus ojos, tu cerebro, tus huesos, todo tu cuerpo ha sido creado por una estrella. Tú eres esa estrella, convertida en una forma de vida que es capaz de reflexionar sobre sí misma. Entonces se podría decir que sí, que la estrella está consciente de su impresionante labor, de su entrega al encanto, de su extraordinaria contribución a la vida, pero sólo a través de su desarrollo más completo, a través de ti." (1)
Y mientras caigo en la cuenta de este cambio, leo la reflexión de Pagola para este día de los magos de Oriente:
"Los magos no pertenecen al pueblo elegido. No conocen al Dios vivo de Israel. Nada sabemos de su religión ni de su pueblo de origen. Solo que viven atentos al misterio que se encierra en el cosmos. Su corazón busca verdad."
Esa búsqueda (puede que eterna) de la verdad con el corazón, es lo que me lleva a abrirme a otra manera de ver las cosas, y a encontrar con personas de otros caminos y otras maneras de percibir ese Misterio.
Y ahí aparece el encanto, el amor en acción, aquel que nos hace fascinar por ese Misterio "que es más grande que todas las religiones, y tiene sus caminos para encontrarse con todos sus hijos e hijas".
(1) Libro: "El universo es un Dragón verde"
No hay comentarios:
Publicar un comentario