jueves, 24 de enero de 2013

Hemos crecido

"Hay que sacarlo todo afuera, 
como la primavera, 
para que adentro nazcan cosas nuevas..."
Canción Soy pan, soy paz, soy más (Piero)

La vuelta a casa después de una experiencia profunda con las mismas personas durante varios días, siempre es difícil. Volvemos siendo otros, porque nos hemos desnudado, hemos sacado todo afuera, hemos dejado mucho de lo nuestro en los otros, y nos hemos llenado con los caminos recorridos de los demás. Siento ahora el vacío nostálgico del viajero que regresa. Y como el viajero siempre en algo cambia, debe reconfigurarse en su lugar para encontrarse de nuevo en casa, los primeros días son difíciles y peligrosos, lo lindo sería que al menos algunos cambios fueran permanentes.

Pienso en los cambios que impactaron en algunas personas que participaron del encuentro, comparado con las que solo asistieron a alguna instancia. Así por ejemplo, al salir de la última misa un señor me dijo: -Fue la resurrección de Juan Pablo II!... aludiendo al desliz de Nacho de nombrarlo como nuestro Papa actual. Claro a este señor se le escapa que seguramente Nacho estaba pensando en el bebé Juan Pablo, que para nosotros fue como un Papa, la luz del encuentro.

Enseguida otra señora, con una cara entre divertida y de escándalo, me comenta que tampoco rezamos el Credo. Y la comprendo, pero también creo que esa señora olvida que el Credo se rezó con el cuerpo. Le dimos mimos, nos abrazamos, e incluso nos dimos tiempo para que el Espíritu nos rebalse . Festejar el cuerpo, ese es, según Galeano, un mandamiento que a Moisés se le traspapeló.


Pero lo que más me llega de este encuentro, o al menos de las primeras cosas que proceso, es ver en mí y en los otros como hemos crecido. Antes no hubiéramos aceptado la historia de cada uno, con procedencias y caminos tan diversos, así como así, aceptarnos tal cual somos y lo que somos. No hubiera sido fácil la armonía de tantos días sin roles bien definidos. Antes nos hubiera costado abrirnos a la espera de que el otro se abra primero y mediríamos cada palabra para ver como impactaba en el otro. Es probable que nuestra coraza con los años se haya dañado, o capaz que nos dimos cuenta de que no eran cosas tan importantes, o tal vez nuestra ansia de compartir y encontrarnos hizo que derribáramos todas nuestras barreras, no se. Puede que antes no fuéramos tan libres. 

Quizás este crecimiento es personal, y yo use de prestado el nosotros. Yo espero que no, que cada uno en algún momento habrá pensado lo mismo que yo y habrá reflexionado un: "como hemos crecido" y así Dios crece con nosotros.

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